Sintió una mano en su brazo y detuvo de golpe su absurdo monólogo. Orbes azules la veían con suma preocupación.

—¿Estás bien? —cuestionó el de lentes viéndola de manera fija.

Y fue como si esa pregunta abriera la caja de Pandora: los ojos de Sorine se llenaron de lágrimas, sus labios temblaron y comenzó a negar una y otra vez con la cabeza.

—No —gimió en voz casi inaudible sintiendo su cuerpo estremecerse ante el llanto que estaba a nada de desbordarse.

Thiago suspiró y miró unos momentos al suelo antes de decidir qué acción tomar. Finalmente se acercó a la castaña para abrazarla con fuerza; fue hasta sentir que alguien la sostenía que la chica dejó salir todo: su miedo, desesperación, incertidumbre, dolor... Todo aquello que llevaba horas callando lo dejó salir en un mar de lágrimas; incluso llevó las manos a la espalda del inglés y empuñó con fuerza su camisa.

—No puedo más, ya no puedo —exclamó en el pecho del empresario.

Thiago levantó la cabeza y se encontró orbes aceitunados. Macy lo miraba con pesadez, pero sabía que era por ver a su amiga en tan mal estado y no por encontrarlo abrazando a la castaña. La chica le dio una muy pequeña sonrisa junto a un leve asentimiento antes de articular "gracias" y regresar al interior del hospital.

El inglés volvió a suspirar y dejó que la castaña se desahogara; los sollozos estremecían su cuerpo y podía sentir su camisa mojarse mientras ella balbuceaba palabras inentendibles en su pecho. Pasados unos minutos, cuando el llanto comenzó a menguar, la alejó un poco mientras ella hipeaba.

—¿Mejor? —preguntó en voz baja manteniendo las manos en sus hombros.

Sorine intentó limpiar las lágrimas que seguían recorriendo sus mejillas y le dio un vago asentimiento.

—Perdón, no sé...

Thiago negó y finalmente bajó los brazos.

—Estás cargando con mucho, creo que no te has dado cuenta que no estás sola —le dijo en voz baja.

Ella siguió limpiando lágrimas que no dejaban de brotar cada que parpadeaba.

—Es irónico que lo digas —masculló antes de hipear—. Tomando en cuenta cómo eras hace unos meses.

El inglés le dio media sonrisa antes de llevar la mirada detrás de ella, al interior del hospital dónde cierta chica hablaba por teléfono mientras enredaba su cabello negro en un dedo.

—La vida te puede cambiar en poco tiempo —refutó antes de volver su atención a ella—. No te voy a decir que todo eso quedó atrás; a veces me asusta Macy, es muy...

—¿Aventada? —cuestionó Sorine arqueando una ceja mientras volvía a pasar su manga por los ojos.

El empresario rio ligeramente y negó.

—Entregada; todo lo que hace, lo hace con pasión y eso por momento me supera —confesó en un suspiro—. Pero es justo lo que necesitaba para empezar a cerrar ciclos.

Sorine lo vio contrariada y el inglés sacó un pañuelo de su pantalón antes de entregárselo.

—Hay personas que nos cambian la vida y nos enseñan que el pasado debe quedarse ahí, en el pasado; Izan... él es complicado; jamás terminó lo suyo con Lara, solo huyó...

La castaña bajó la mirada y limpió las lágrimas que ahora parecían salir más rápido.

—Bueno, al menos algo hice bien —murmuró derrotada.

Thiago abrió los ojos con sorpresa.

—¿Terminaron?

La chica se tapó el rostro con el pañuelo asintiendo varias veces.

Ella, tú y yoWhere stories live. Discover now