Tercera prte {108}
Llamo a la puerta de la casa con los nudillos. Al minuto, Niall abre.
-Hola amor.- Pongo una falsa sonrisa.
-¿___?.- Dice sorprendido.
-Te envié una carta.- Lo miro.
-No me llegó nada.-Niega.
-Bueno.- Me encojo de hombros.- No pasa nada.- Doy un paso para entrar.
-Ehh..-Me para.- ¿Y si vamos a dar una vuelta?
-¿Ahora?.- Lo miro.
-Sí.-Agarra mi maletín.- Quédate aquí y yo ahora salgo.
-No te preocupes.- Agarro el maletín de sus manos.- Tengo que deshacer el maletín y todo.
-No, no.- Vuelve a decir.- Vamos a dar un paseo.- Me empuja, deja el maletín en el suelo de la casa, sale y cierra.
-Niall.-Lo miro.
-Te voy a llevar a tomar un café.-Agarra mi brazo- Que hace mucho tiempo que no salimos juntos.
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El reloj de la ciudad suena con sus doce campanadas, indicando que ya es media noche. Un escalofrío recorre mi cuerpo al no tener a Niall a mi lado en la cama. Me levanto y doy vueltas al rededor la de la habitación. Me duele la barriga del nerviosismo al pensar que le puede haber pasado algo y yo aquí sin saber nada. La puerta suena y me asomo al pasillo. Viene con la gorra puesta y la camisa abierta, mostrando su pecho.
-¿Dónde estabas?.-Me acerco a él.
-En el bar.- Responde algo borracho.
-¿Desde las 8 de la tarde?.- Suspiro.
-Sí.-Asiente.
-Niall.- Vuelvo a suspirar.- Venga.- Agarro su brazo y lo guío hasta la habitación.
-Espera.- Se para.
-¿Qué pasa?.- Tiro de su brazo.- A dormir ya.
-¿Te he hecho daño?.- Me mira a los ojos.- Sentimental, digo.
-Sí.-Digo con inseguridad.
-Lo siento...-Baja su mirada.- Yo no quería llegar hasta meterte a tí.
-¿Qué dices?.- Consigo tirar de él hasta la cama.
-Yo nunca, nuca, nuca, pero nunca, te engañaría princesa.- Niega.
-Vamos a dejar ya ese tema por favor.- Le quito la gorra.
-Escúchame.- Me agarra los brazos para que deje de hacer cosas y me centre en él.
-Te escucho.- Lo miro.
-Yo solo intentaba ser un buen trabajador.- Suspira.- Pero es que el dinero....
-¿Qué pasa con el dinero?.- Miro su cara.
-Megan, la ex mujer de mi jefe.- Baja su mirada.- Me prometió una gran cantidad del oro que encontramos en las minas, a cambio de que la ayudara con algo.
-¿Qué has hecho Niall?.- Pregunto con miedo.
-Fingir ser el nuevo prometido de Megan, para ver si George volvía a por ella y le daba la mitad del negocio.- Mira sus manos.
-¿Y eso desde cuando?.- Le levanto la cabeza.
-Desde que te dije que trabajaba los domingos.- Tapa su cara.- Nos íbamos lejos de aquí, por cerca de la casa de las afueras de George, por eso nunca estaba aquí en la ciudad.
-¿Te vio alguien con ella?.- Lo miro.
-El jefe de policía.- Me mira.- El moreno.
-Ah...-Recuerdo que me dió su número.- Ya entiendo todo...
-Te juro y prometo que no ha habido nada entre nosotros.- Agarra mis manos.
-¿Ni besos?.- Lo miro.
-Ni besos.- Niega.- Solo quería ese dinero, para poder comprarte lo que quieras y dejar de vivir en la miseria.
-Yo no necesito nada Niall.-Niego.
-¿No pediste el otro día una ducha?.- Se sienta en la cama.
-Sí.-Asiento.- Pero llevamos 5 años así. Eso no es un problema.
-Ya puedes tenerla.- Besa mi mano.
-Niall no...-Niego.- Devuelve ese oro que también es de los demás mineros.
-Princesa, ya es tuyo.- Niega.
-Niall...-Lo miro.- Eso no está bien...
-Hecho está.- Me abraza.- Por favor, no me dejes.
-No voy a dejarte Ni.- Lo abrazo.- Te amo demasiado.
-Lo siento.- Llora.- Lo siento, lo siento princesa.
-Ni.- Acaricio su cabeza que se apoya en mi barriga.- Llevamos diez años juntos. ¿cómo voy a dejarte?
-¿Quien sabe?.- Deja de llorar.
-No seas bobo.- Acarici su nuca.
-Soy un idiota.- Me abraza más fuerte.
-Dame un beso.- Agacho mi cabeza y beso su mejilla.
-Gracias princesa.-Me da un beso.
-Ya a dormir.- Beso su frente.- Mañana no vas acordarte ni de esto.
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-Princesa.- Niall me mueve.
-Mmm...-Me rasco el ojo.
-Voy a comprar el pan para el desayuno.- Susurra en mi oido.
-Ten cuidado.- Abro los ojos.
-Sí.- Me da un beso.- Tranquila.
-No tardes.- Rodeo su cuello con mi brazo.
-Voy a la esquina.- Me da seguidos besos.
-Te amo.- Le doy un beso esquimal.
-Yo te amo mas bonita.- Posa sus labios encima de los míos mientras sonríe.
