Segunda parte {25}
Sacudo mi cabeza al volver a estar consciente. Parpadeo seguidas veces mirando al techo y me toco la cara para comprobar que sigo viva.
-¿Cómo estás?.- Me pregunta una voz cerca.
Miro a mi izquierda, y Niall está sentado a mi derecha en el sillón blanco.
-¿Qué haces aquí?.- Me siento en la cama.
-Impedir que abortes.- Toca mi barriga.
-No vas a impedir nada.- Aparto su mano de mi barriga.
-No puedes abortarlo ___.- Acerca el sillón a la cama.
-No voy a tener un hijo tuyo.- Me cruzo de brazos.- Estas loco.
-Por tí.- Besa mi mano.
-¿Que mierda te ha pasado?.- Quito mi mano.- Tu no eras así.
-Yo siempre he sido igual.- Se apoya en el respaldar del silón.- Que tu no lo hayas visto es diferente.
-No quiero tener nada tuyo.- Niego.
-Piensa los dos con un bebé en casa, cuidándolo y llevándolo al parque.- Vuelve a acariciar mi barriga.
-De seguro que tú lo tiras por el tobogán o lo empujas del columpio.- Cierro los ojos del miedo que me entra.- No me toques.- Vuelvo a apartar su mano.
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Me miro en el espejo de lado y no me gusta nada mi cuerpo. Mi barriga de 2 meses ya no deja que mi botón se cierre con normalidad y eso me jode, y mucho. Me recuerda a mu adolescencia donde luchaba contra la obesidad y me veía cada día peor y peor. Es un niño ___, no grasa de comida basura.
-¿Cómo estás?.- Niall se refleja detrás de mí en eñ espejo.
-Todo lo bien que se pueda estar.- Respondo desanimada.
Me tiro a la cama y cierro los ojos. Respiro profundamente y suelto todo el aire fuerte.
-Verás que todo va a ir bien.- Niall acaricia mi pierna.
Noto un escalofrío desde su mano hasta mi pecho. No es ese escalofrío excitante y caliente con afecto sexuak, sino un escalofrío con miedo.
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-Es lo mejor para los tres.- Miro a Niall a través del cristal.
-Eres una zorra.- Me saca el dedo dedo del medio.
Paso de su grosero comentario y acaricio la manita de mi bebé que descansa con su cabeza en mi pecho.
-Eres una egoista de mierda.- Golpea el cristal.
-El problema eres tú.- Lo miro.- Estás loco.
-Eres tú que eres una sensible.- Bufa.- Solo quieres alejarme de mi hijo.
-Quiero que no lo mates.- Dejo un beso en la frente del bebé, justo encima del parche que tapa la herida.
Niall llora en silencio mientras nos mira desde el otro lado. Las palmas de sus manos están apoyadas en el cristal, intentando llegar a tocarnos, pero no puede.
-Quiero cogerlo.- Mira a James.- Es mi hijo.
-Casi le abres la cabeza.- Un suspiro inhunda mi pecho.
-Fue sin querer.- Justifica sus actos.
El bebé de 6 meses comienza a llorar e intento calmarlo. El guardia de la puerta se ofrece a ayudarme y le termina poniendo el chupete.
-Nos vamos.- Le anuncio a Niall.
-Mañana os quiero aquí.- Exige.
-No voy a venir más.- Niego.
-___ te amo.- Seca las lagrimas de sus ojos con sus puños de una manera muy brusca.
-Olvídate de que tienes una familia.- Tapo al bebé y salgo de la habitación fria y oscura.
Escucho los gritos de Niall y dos enfermeros entran a su habitación con geringuillas llenas de calmantes. Veo como lo pinchan, lo sedan y lo sientan en una silla de ruedas. Parece que está muerto, para mí, ya lo está.
