✘2 ||021.

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Lunes 21 de agosto.

Terminé de ponerme mis vans negras y me paré frente al espejo. Pantalones negros apretados y una sudadera verde pino era lo que traía puesto. Peiné mi cabello hacia arriba y me di la idea de teñirmelo... quizá algún día. Bajé las escaleras y huevos revueltos era lo que me esperaba en la mesa mientras mi mamá veía la televisión en un canal de telenovelas mexicanas. Drama total.

—Gracias mamá. —Dije y me dispuse a comer en silencio. Así siempre era, yo comiendo como si no estuviera y ellos tratando de entablar una conversación conmigo.

Cuando terminé de desayunar, agarré mi mochila y mi patineta y salí de casa sin despedirme. Mi pequeña familia ya ha de estar más que acostumbrada. Me monté en mi patineta y me puse mis audífonos, encendí mi celular y la canción de heroine de sleeping w/ sirens comenzó a sonar. Tomé un cigarrillo de mi mochila y lo encendí. Mi destino ahora era la casa de Dae y luego al estúpido encargo que Jiyong me dejo.

Al llegar a casa de Dae, él ya me esperaba afuera, tomó su patineta y me siguió. Él sabía que nunca manteníamos conversación en las mañanas.

"¿Dónde tengo que pasar a recoger tu encargo"

Mandé el mensaje a Jiyong y minutos después él me mandó mensaje con la dirección. Era un barrio muy peligroso.

Llegué al destino y paré a Dae antes de que entráramos por esas calles.

—Tú espera aquí, no tardo.

Él entendió e hizo lo que le dije. Yo me adentré en las calles y busqupe a un tipo con las características se Jiyong me había mandado por mensaje. No tardé en encontrarlo, recostado en la pared y fumando un porro. 

— ¿Tú eres Jungkook?

—Sí. —Contesté con un poco de miedo, aunque no se notó. El tipo me intimidaba.

—Ten. —Me tendió un paquete sellado completamente de cinta adhesiva café. 

Joder, era droga.  

Maldito Jiyong hijo de puta.

—Anda, ya vete. —El señor me empujó y yo salí corriendo de ahí, no sin antes guardar el paquete en mi mochila.

Ese Jiyong me las pagaría.

Llegué con Dae y volvimos a retomar nuestro camino a la escuela, volví a encender otro cigarrillo. El otro se me había caído a ver al señor barbudo del encargo.

La escuela se hizo presente y minutos después ya nos encontrábamos en los pasillos de ésta. Varios alumnos se abrazaban y decían cuánto se habían extrañado estas vacaciones, eso sólo me dieron ganas de vomitar. Paré de andar en patineta cuando di con mi casillero, Dae lo hizo a la par mía.

Los audífonos fueron desprendidos de mis oídos y éstos colgaron alrededor de mi cuello.
Abrí el casillero y tomé los libros de las clases que me tocaban, metí el maldito encargo, sin que nadie se diera cuenta, al casillero y lo cerré. Iba a hablarle a Dae, pero un jodido nombre me detuvo.

¡Taehyung! —Gritó la irreconocible voz de mi hermano.

Giré mi cabeza hacia donde escuché el grito, y cuando di con todo lo que estaba ahí, quería que el piso se abriera y me tragara entero.

¿Por qué jodidos él estaba aquí?

Él no tenia porqué estar aquí. Él no tenía que haber regresado.

Él cambió totalmente, su cabello ahora era rubio, sin contar que ahora tenia tatuajes. Inumerables tatuajes al igual que yo.

Sentí el impulso de ir con él y abrazarlo, y juro que sí lo iba a hacer, pero recordé todo lo que sufrí por ese imbécil y mandé todo a la mierda. 

Ya no volvería a sufrir por ese idiota.

Nuestros ojos se encontraron al fin y mi respiración se cortó, pero logré estabilizarme.

Sonreí cínicamente sin dejar de verlo. Tomé la mano de Dae y vi como su mirada iba hacia nuestras manos entrelazadas. Le di una ultima calada a mi cigarro y lo tiré para después pisarlo e irme hacia mi respectivo salón, con Dae a mí lado. 

Agradecía a Yoongi haberme pasado el horario.

Jodido hijo de puta

Este año sí que iba a ser interesante.





El diario de Jeon Jungkook || taekookWhere stories live. Discover now