Capítulo: Adagio per archi e organo in G minor

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Mientras más poderoso sea el héroe, más débil será su corazón y más fácil será destruirlo... Lentamente, desde adentro hacia afuera. 

El jardín de infantes no era muy bueno con él, todos lo conocían como el niño raro de los ojos grandes que no poseía olor. Siempre estaba solo y usaba su imaginación para divertirse, hasta que llegó Katsuki al curso de niños. El con su gran capa roja y una figura de Allmight en las manos le hicieron conocer lo que nunca quiso pensar en ser: un héroe que salvará a las personas sin importar nada. No hablaron inmediatamente porque las profesoras hacían todo lo posible por tener a Izuku lejos de los demás, discriminándolo y diciendo que él pertenecía a un lado apartado de la sala, el más alejado del grupo. Katsuki no era un niño muy obediente así que se acercó al niño que todos ignoraban y fue algo impredecible. El pequeño niño, con ojos tan grandes como dos faroles en el desierto, le hicieron esbozar una sonrisa. Katsuki sabía leer, pero no muy bien así que cuando lo conoció le dijo Deku. 

—Deku, ahora seremos amigos y les demostraremos a esos extras que es ser genial—dijo él e Izuku no quería decirle que ese no era su nombre. Porque realmente quería la amistad de Katsuki, siempre había estado tan solo en su mundo, que un pequeño atisbo de compañía era regocijante y halagador—. Puedes llamarme Katsuki. 

Izuku lo intentó pero solamente salió un solo nombre de sus labios. Uno que el pequeño rubio nunca olvidaría a pesar del paso de los años. 

—¡Kacchan!—no le corrigió el nombre. Porque lo hallaba adorable detrás de esa mal pronunciación. Y esas pecas solitarias que parecían formar largos caminos de lágrimas en sus mejillas. 

Las semanas pasaron y cada día se hacían más amigos. Compartiendo juguetes y con ellos, su admiración por el héroe Allmight. Por esos años Izuku comprendió que no necesitaba a su padre presente cuando tenía a Katsuki y Allmight, porque ellos eran sus compañeros del alma, uno a su lado en forma de juguetes y el otro muy arraigado en su corazón de niño. Katsuki eventualmente manifestó su particularidad, el pequeño de ojos verdes la halló increíble y tan poderosa que lloró de alegría. Con ella fácilmente podía llegar más rápido a la cima y ser el mejor de todos... Y en ese momento entendió que su mejor amigo era la persona más cercana a Allmight. Un chico tan huraño y pequeño que podía manifestar explosiones a través de sus manos era llamativo, todo lo que se necesitaba para ser el mejor héroe de todos los tiempos. 

E izuku espero, espero día tras día mientras sus compañeros manifestaban sus particularidades mientras él cada amanecer perdía la esperanza hasta que el doctor se lo dijo tan crudo que lloró de pena. "Deberías rendirte". Izuku a la edad de cinco no pudo seguir el sueño de ser el compañero de Katsuki, de ser juntos el WonderDuo, esa pequeña jugarreta de día a día que nunca se haría realidad. Desapareció una semana del jardín de infantes, cada día viendo vídeos de las hazañas del héroe. Y a cada minuto viendo lo más lejos que estaba de su mejor amigo. Incluso su madre lloró cuando le preguntó:"¿Algún día podré ser el compañero de Kacchan?" Inko le pidió perdón tantas veces que su tono amargo se grabó en su memoria. Y cuando volvió al jardín, él estaba ahí para levantarle el ánimo. "No importa Deku, serás mi Omega y tendremos una familia de héroes. Serás mi héroe y nuestros niños serán incluso más poderosos que yo". Eso fue lo que Katsuki le dijo a un pequeño que había perdido todo atisbo de esperanza. En ese instante tan agrio, Katsuki se volvió la figura de esperanza en el corazón de Izuku. 

Su imagen física de victoria.

Desde ese invierno, todos los días, a pesar de que los niños lo molestaban por ser un quirkless, contaba los días para hacerse el exámen decisivo de su sexo secundario. Tenía sueños sobre el momento en que se manifestaran las habilidades de un Omega, veía en ellos como Katsuki lo marcaba uniendolos para siempre. Haciéndolos un destino innegable. Ingrata fue su sorpresa cuando vio el exámen y la fórmula beta se marcó al lado de su nombre. Llorar fue ridículo cuando en los ojos de su esperanza vio el miedo. Si Katsuki temía, ¿que realmente lo detenía de perderse en la nada? No hablaron por días, simplemente caminaban juntos a casa. Perdiendo cientos de palabras en el aire. Hasta que un día, Izuku conoció a Allmight y no pudo permitirse dejar de lado la oportunidad de conocer lo que Katsuki tendría sin él. Hasta que esas palabras nuevamente lo abordaron por sorpresa. 

Las Rosas También Florecen En InviernoWhere stories live. Discover now