083

15 10 1
                                    

Caerán los mausoleos, los sigilos de otrora,
caen, caen, las demoras de sentirte,
entre mi crestas ilíacas,
palpitante,
ferviente,
devoto, cual si un ave
surcara presurosa las colinas
de mi cuerpo.
Y aquese valle pintado de azabache
en vello y matojo,
espera, y no bajo cerrojo,
mas sí, a su maña, blindado.
Su estrechura se fascina
en tus envites,
en tu celo de guardar
callado
lo que piensas, lo que sientes.
No es esta noche gitana.
No son mis manos vagantes.
Pero se fascinan en ti,
esperan
también devotas
entre restos de mausoleo.

Aquestas plumas de otoño ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora