Nunca fueron mis silencios sumisos,
más bien fieros, con puñales por dientes,
amaron mis huesos.Su amabilidad era estridente,
clavada en mi tuétano,
hinchando mis coyunturas,
mis nervios corrompiendo.No era este corazón un mártir tampoco,
no tenía yo sentido de entrega,
ni renuncia, ni humildad.Reclamé, con ansias,
y, de la mismísima muerte,
recibí solo una, una sola bondad.
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Aquestas plumas de otoño ©
PoetryOBRA GANADORA THE WATTY 2019 y Destacada en el perfil de @Poesia_ES. «Donde hay dos uno hay, y donde hay uno no hay dos» ~Poemario de Nina Olenn. Todos los derechos reservados. ®