Aquestas plumas de otoño ©

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Ayer conmovida por tu ternura
junté mis silencios para observarte.
Qué bonito sentimiento el de quererte, niño.
¿Te han dicho antes que vale la pena,
la suerte, la gloria, y todo lo vivido,
por este segundo en que te miro
y olvido, y recuerdo?

Quisiera contarte mis andanzas,
los anzuelos con que suelo alimentarme
dejarlos vulnerables, para que sepas,
para yo notar, trémula, que de nada sirven.

Déjame, te he pedido, tomarte de la mano.
Acercarme.
No sé aún si sea capaz de quererte.
Pero que cuente el acercamiento como adelanto,
y la sonrisa que sirva de mérito a tu gracia,
a la certeza y confianza que surge un instante.
Qué gentil el sentimiento de saberte, niño.
¿Te han dicho antes la estela que dejas
cuando con el más sencillo contacto
te acercas y vences, y mimas, y vibras?

Déjame tomarte la mano.