Capítulo 8.

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Toso para permitir la salida violenta de aire y tierra que se ha adentrado a mis pulmones, mi garganta no ha dejado de sentirse áspera, por lo que paso saliva despacio para aligerar un poquito la incomodidad; le ordeno a mi cabeza, observar el panorama.

Hay demasiados escombros; un ensordecedor pitido resuena en mis oídos y la sensación de inestabilidad presente en todo mi cuerpo. Veo sombras acercándose a lo lejos, veo luces extrañas de entre la neblina que cubre parte de mi conciencia y el tremendo polvero extendido aún en el aire. Gimo del dolor en mi brazo, no sólo por qué duele cómo los mil infiernos; sino que para empeorar la situación, ha quedado preso de los escombros en algún momento...

Lo bueno es que puedo hacerle una palanca al escombro y sacarlo; lo malo; corro el riesgo de que los huesos de mi mano queden totalmente pulverizados.

La bruma de neblina y tierra se dispersa lentamente; ya no son del todo sombras; son las bellas criaturas con las que me he familiarizado de toda la vida...

Son lobos.

Los hermosos lobos, están luchando... Contra no sé qué. Seguramente con la seguridad de los vampiros, que generalmente suelen ser neófitos, pero yo tengo la seguridad de mis lobitos van a ganarles.

Una presión sobre el escombro que mantiene preso mi brazo me saca un grito de dolor; hasta las traicioneras lágrimas corren de mis mejillas por el jodido dolor del infierno; tengo miedo de perder mi brazo.

La liberación de mi brazo llega como un balde de agua fría, seguramente ha de ser el maldito vampiro que no desea darles tregua a mis lobitos; la sorpresa llega a mí cuando el rostro conocido de Jake me levanta con toda la delicadeza del mundo entre los escombros.

---¡Ya la he encontrado!---grita, consiguiendo la detención inmediata de los ataques de lobos---. ¡Retirada!

Los lobos aullan con fuerza; los pasos se escuchan demasiado veloces a mi parecer, por lo que cierro mis ojos y me obligo a concentrarme en la calidez desprendida por el cuerpo de Jake, junto con la necesidad de cerrar mis ojitos.

Ya estoy en brazos de mi familia de nuevo, puedo dormir un poquito sin temerle a que algo malo me pueda pasar.











*~*











Un molesto cosquilleo en mi nariz, me despierta. Estoy algo desorientada acerca de dónde estoy; la habitación es azul cielo, con muros de vidrio, dando espacio a la magnífica vista del bosque, el patio de juegos de los cachorros y la luz del sol.

No hay nada más que luz a mi alrededor, se supone que debería estar mínimo en un hospital, monitoreando mis constantes vitales, remediando la sensación de ahogo y por supuesto, cuidando de mi brazo.

---Ya despertó---escucho la voz de Kevin, luego aquel cálido contacto se afianza todavía más a mi mano buena.

---Señorita Walker, ¿Como se siente?, ¿Le duele algo?

———Mi brazo...———. Consigo susurrar, a medida que siento mi garganta bastante seca y algo adolorida. Lentamente mis ojos enfocan a Jake, una enfermera se encarga de darle soporte a la parte superior de la cama, dejándome casi sentada.

La frescura del agua, golpea con descanso a mi garganta, me permite relajar mis cuerdas vocales un poco, como para ya no sufrir por el dolor, como también descansa mi boca de su resequedad.

———Su cabeza sólo presenta contusiones menores, su brazo tiene una fractura desviada, por lo que su curación tardará un poco más de lo usual, y necesito también comentarles una situación respecto a su salud, que se ha descubierto recientemente———. Informa con todo el profesionalismo existente en su porte el doctor.

Soy Omega.Where stories live. Discover now