Capítulo 50

107 11 3
                                    

No quise preguntar por el desenlace de la historia entre ellos porque al parecer Alex se va a ir para Bogotá creyendo que todavía tiene una novia que lo ama. Eso le hizo creer por esos días.

Nosotros nos mantuvimos alejados; concentrados en la mudanza de Chris y de decorar el espacio que él va a ocupar por lo menos los siguientes cuatro meses. Nos tomó por lo menos una hora llevar sus cosas hasta la casa y otras tres en alinear correctamente sus cuadros arquitectónicos.

Al parecer ahora es obsesivo por la alineación.

Aún nos quedan algunos papeles por organizar, pero es uno el que me llama la atención por el tipo de papel. Parece una invitación; y lo más raro está dirigida a Christian Rivera y Sra.

¿Sra.?

Estoy tentada a alterarme pero todo cobra sentido cuando veo los nombres de las personas que nos están invitando: Milagros y Esteban, nuestros compañeros del colegio a los que Ale y yo los unimos en el intercambio de parejas. La vez que nos encontramos a Mila, ella nos mencionó su compromiso y ahora, Chris tiene una invitación a su boda.

—¿No te han dicho que es un delito revisar el correo de otra persona, Huesitos? —pregunta Chris en un tono divertido.

Lo no tan divertido es que los papeles volaron de mis manos y cayeron al suelo.

—Lo lamento —me agacho a recoger el desastre.

—Te iba a decir pero estaba intentando encontrar una manera en la que ese «señora» sonara bien.

Sonrío fingido al entender, por fin, que habían etiquetado como si estuviéramos casados.

—¿Asumieron que estamos casados?

—Quizás ayudé un poco —confiesa haciendo una mueca.

Abro los ojos con sorpresa y casi al tiempo, lo golpeo en el hombro. Me arrepiento porque él pierde el equilibrio y cae al sofá.

—¿Qué les dijiste? —pregunto alterada.

No quiero que esté refiriéndose a nosotros como una pareja casada.

—Nada contundente —empieza y se cubre con sus manos como si fuera a volver a golpearlo —. Simplemente me encontré con Esteban hace unos días y le comenté que estaba por cambiarme de casa a una mas grande. Fue un comentario inocente sobre tener más espacio tu y yo.

Sopeso su respuesta y suspiro con compresión. Realmente Chris no dijo nada, solo hubo un problema de asociación y asunción.

—Está bien —concedo mientras le extiendo la mano para ayudarlo a que se levante —. No creo que sea un tema que salga en una conversación ligera, y supongo que debemos honrados que aun nos consideren personas dignas de invitar a su boda.

—Mila sigue diciendo que Ale y tu son las culpables de su felicidad.

Me enternece la forma como lo dice Chris, a pesar que él conoce la historia detrás de esa pequeña broma que le hicimos a toda la escuela y a mi hermano.

—¿Ale ya recibió su invitación?

—¿En serio me preguntas a mí? —pregunta Chris como si no entendiera porque acudo a él.

A raíz de su relación con mi hermano, Ale ya no me cuenta todo lo que pasa en su vida. La mayoría más importante, pero esos detalles pequeños, ahora se quedan por fuera de nuestras conversaciones.

—Eso es algo que ella me diría.

—Lo sé, pero ahora tiene la cabeza en otro lado —ironiza Chris —. La verdad no entiendo cómo el novio se tragó ese cuento rebuscado... —bufa un poco y luego me atrae hacia él tratando de cambiar de tema —. Lo lamento. Sé que ya no quieres hablar más de ese asunto.

Lo que haría por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora