Capítulo 22

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Prácticamente no me dejaron cruzar la puerta; mi hermana me toma de la mano y me guía hasta la sala en donde cada uno se sienta con diferentes expresiones. Aaron es quien menos parece enojado, simplemente está con una actitud distante, mientras mamá luce sudorosa y ansiosa. Papá, tiene el ceño fruncido y mira de Ale a mí como si estuviera decidiendo a quien castigar primero. Tía Ny se ve tranquila pero le urge una explicación. El único desinteresado de la charla es mi hermano menor, quien se disculpa y se dirige a la cocina.

—Quiero detalles —exige mi hermana —, necesito que me digas ¿por qué estabas reunida con él cuando tú misma lo habías echado antes?

Papá también habla pero bloqueo su voz, solo escucho un eco mal sintonizado. Sin embargo, alguien me trae a la tierra con un golpe en el hombro.

—Gise, te estamos hablando —dice Gabi muy alterada.

—Si me golpeas y me miran como si fuera un bicho raro, no voy a poder hablar —me defiendo mientras me acomodo mejor en el sillón.

Ale flanquea mi lado derecho.

—Te escuchamos —dice tía Ny.

—Bien —tomo aire de manera pausada —. Esto no empieza hoy, y muchos de ustedes conocen mis sentimientos por Chris...

—¿Volvió a ser Chris? ¿Qué pasó con «engendro del infierno»? —pregunta tía Ny un poco más divertida.

—Yo nunca lo llamé así —me parece raro ese apodo.

—Fui yo —admite Ale sin una pizca de remordimiento. Le divierte el hecho de compararlo con algo tan diabólico —, en ese entonces me parecía justificado.

—¿Ya no? —pregunta mi hermano, quien ahora luce igual que mi padre.

—No lo sé, ha ganado un poco de beneficio de la duda —Ale alza los hombros y hace una señal con el dedo pulgar e índice especificando qué tanto ha ganado. A mi parecer, es poco y eso genera alivio en los demás.

—¡Dios! ¡Alguien que cuente la historia antes que empiece a inventarme una propia! —alza la voz mi hermana como si esto fuera una obra de teatro.

La chica tiene talento.

—Es difícil avanzar con tantas preguntas.

—Sigue —me insta mamá.

—Mucho antes que él se fuera yo estaba haciendo lo que estuviera a mi alcance para llamar su atención, incluso el día que se fue, había ofrecido que estuviéramos el tiempo que le quedaba aquí, así solo fuera un año —confieso con pena. Esa no fue mi mejor idea pero estaba desesperada por hacerlo quedar —. Antes no lo había pensado, pero en aquella conversación, Chris no sabía que esa noche se iba. Se suponía que acabaría el colegio y luego saldría del país, no que esa noche desaparecería. De eso me di cuenta hoy.

Tengo al público atento, así que suspiro fuerte y continúo.

—Hoy, verlo fue complicado porque estaba llena de inseguridad y temor por la abuela; además estaba rodeada de todos ustedes que proyectan mucho rencor hacia esa familia. Sí, lo eché... fue una reacción visceral y no voy a retractarme porque eso era lo que sentía en aquel momento. Pero luego, cuando salí a pensar, cuando llegamos hasta el parque, supe que evitar la confrontación solo iba a dejarme en la oscuridad. No iba a poder entender las razones de su abandono y eso me hacía más daño que una simple conversación.

»Sé que no les gusta. Christian siempre fue mi mejor amigo y ni en esa época les terminaba de agradar a todos. Muchos lo consideraban una amenaza y no entiendo por qué.

Lo que haría por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora