Capítulo 25

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Luego de mostrarme varios de sus diseños y planos, me lleva hasta mi casa con la excusa de que tiene que ir a presentarse a la entrevista.

Puff.

—Espero que mañana me cuentes como conseguiste el empleo —le digo con una sonrisa intentando mostrarme confiada.

Lo cierto es que él tiene mucho talento y su trabajo es asombroso.

—Estoy confiado pero no voy a adelantarme. Si esta no funciona, hay otras tres empresas a las que puedo aplicar.

—Pero esta es la que quieres —le hago ver. Chris sonríe brevemente y luego alarga su mano para tomar la mía y darme un beso en el dorso.

—Nos vemos mañana, Huesitos —dice con esa voz gruesa y carismática —. Lo esperaré ansioso.

Yo igual.

Las palabras no me salieron porque me ruboricé hasta las orejas. Desde siempre Chris ha sabido cómo hacerme sentir especial.

Se aleja con pasos cortos hacia atrás y guiñándome un ojo. Sólo se gira cuando está a punto de cruzar la calle. Lo veo hacerse pequeño a la distancia mientras cada tanto, voltea para seguir despidiéndose con la mano.

Cuando cruzo la reja, puedo ver que mis hermanos y mi prima están pegados a la ventana. Se intentan esconder demasiado tarde. Es difícil enojarme con ellos aunque estén espiando, al final, solo quieren lo mejor para mí y mi hermana siempre necesita un buen chisme. Espero hasta que abro la puerta para arrugar el ceño y poner las manos en la cintura. Ale mira hacia el techo como si no fuera con ella; Gabi simplemente sonríe con culpabilidad mientras Aaron se muestra inmutable.

—¿Ni un besito? —pregunta Ale como una acusación.

—Y volviste muy rápido, eso no debió darte tiempo para nada bueno —dice Gabi alzando las cejas insinuantemente.

—No, no... —niega Aaron como si la imagen mental fuera desagradable.

—No me sorprende que Ale me espíe... pero tú —señalo a Aaron —. Debes tener una razón.

—¿No puedo preocuparme por mi hermanita? Sobre todo cuando alguien que la ha lastimado quiere volver a su vida.

—Entiendo tu desconfianza, pero todo ha sido un malentendido —Aaron no parece estar de acuerdo con mi frase porque se frunce como si hubiera probado un limón.

—Sé que no voy a poder convencerte pero por lo menos serás cuidadosa ¿no?

Asiento levemente mientras él me imita.

—En serio, pequeña... ¿ni un besito? —vuelve a insistir Ale.

Aaron pone cara de pocos amigos.

—Tenemos una cita mañana —anuncio con emoción.

Hay una pequeña conmoción por parte de las chicas. Mi hermano no parece tan feliz.

—Ha avanzado muy rápido... en cambio el otro pobre no ha visto nada de acción en cuatro años —dice mi hermana en un tono dramático.

—Supongo que todavía no lo has descartado totalmente ¿no? —pregunta Aaron.

—Estamos hablando de Chris —alude Ale.

Gabi la secunda chasqueando sus dedos tres veces en diferentes posiciones. Aaron vuelve a hacer mala cara; su ceño va a empezar a arrugarse si sigue preocupándose tanto.

Ale aprovecha que la tensión baja para arrastrarme del brazo hasta arriba y una vez dentro de mi cuarto, cierra la puerta con demasiada violencia. Su rostro no me demuestra qué ocurre pero parece que sus puños cerrados son un indicio que algo ha ocurrido y no es bueno.

Lo que haría por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora