"¿Estoy En Soledad, O Me Libero De Toda Maldad?"

1.2K 93 20
                                    

Jeon Hoseok:

Despierta...

Trato de descansar por un corto tiempo, dejame hacerlo...

Despierta...

¿No lo entiendes? Quiero estar en paz, solo un rato, por favor.

Es urgente... Despierta...

Pupilas dilatadas a penas con la luz se encontraban. Quejidos de pereza y molestia salían sin espera. Una habitación de color blanco como las demás; este lugar ya era conocido y sabía el malestar que se encontraba escondido y esparcido. Personas sufriendo enfermedades, personas esperando a que la muerte las llamase...

-Oh... - estaba acostado en un sofá, decidí levantarme pero la posición en la que había descansado, me había dejado con un cuello adolorido y con músculos que al despertar se estiraban y hacían que su sonido me abrumara. ¿Tan viejo estoy? - Auch, duele, duele, duele - había dicho todo en un tono un poco cantado y agudo. Posiblemente necesitaría una cita con un neurólogo, la cabeza últimamente no ha parado de doler; se supone que estaba mejor- Ah, ¿dónde están mis pastillas? - empecé a rebuscar en los bolsillos de mis prendas, pero no había nada. Los que se encontraban en el pantalón estaban vacíos, al igual que en los de mi saco - No, no, no, ¿dónde están? No puede ser. No puede ser. ¿Se me habrán caído? ¿Namjoon se las habrá llevado? No, no puede ser, él sabe de mi enfermedad, no podría hacerme esto... No podría...¿Verdad? -.

Momentos de silencio que uno toma para pensar en todo aquello. ¿Confianza? ¿Amistad? Van de la mano pero... El humano las puede anular y todo lo bueno a de estallar. "En esta época ya no hay en quien confiar..."

Fue lo que un sabio dijo y yo tuve que escuchar...

"Sabes que en mí puedes confiar... Yo te voy a escuchar..."

¿Es eso verdad?...

La vida se a vuelto tan gris, tan oscura, que me da miedo verla y no poder detenerla. Me he vuelto un hombre, alguien que no se debe de dejar llevar por las palabras de los demás; alguien que no se debe de ilusionar hasta el punto de llegar a explotar.

[Narrador]

-Ah... Duele... Mi cabeza... -.

Su cuerpo de pronto se volvió más pesado, a tal punto de no poder soportarlo. Sus piernas iban de un lado al otro, sin poder ser controladas, dejando a aquel hombre tirado en el suelo, con ambas manos apretando su cabeza. Dolía, y mucho. Un dolor inexplicable; un dolor indeseable.
El pecado de la vida. ¿Comprendes?

El pecado de la vida...

-¡A-AH! - punzadas fuertes se daban, las venas que se encontraban en su cabeza se marcaban, sus manos no soportaban y las aplastaban. Sus sentidos se fueron de a poco, nadie podría ayudarlo, ¿cierto? Nadie puede ayudar en esto... -.

El pecado de la vida, traer a un pobre ser y condenarlo a tener algo que le puede doler, que le duele, que le dolerá, que os dolerá. El dolor de uno es compartido con otro. La pérdida de uno es repartida entre todos.

-Y-ya no quiero e-este dolor... - dijo en un hilo de voz, todo de sí quebrado, todo de él amagullado... -.

El lector no entiende al escritor... El escritor entiende al lector...

El dolor lo estaba matando, un alma debía de estar a su lado; pero la mente humana nunca está cuando es necesitada, pero la única opción aquí es la receta indicada.

-M-mierda...¿D-dónde estan mis pastillas? -.

Debemos de dejar a nuestro personaje por un momento, puesto que al otro lado de este gran descubrimiento, se encuentra una alma con enojo detrás de la puerta blanca que los separaba.

"AYUDARTE" - Namjin -. Where stories live. Discover now