||25. No Cita, Parte 6: La Peor No Cita Termina De Manera Miserable.||

33 8 10
                                    

—Auh... auh... ¡dije: “auh”!

—¿Sabes? para ser tan macho te quejas mucho de unas simples heridas.

—Tú no fuiste el que atravesó un cristal y cayó sobre pedacitos de vidrio roto y luego golpeó su cara contra una mesa y luego el suelo.

—Bueno, tú no fuiste al que le arrojaron un plato, golpearon en la cara e hicieron correr como loco por un restaurante lleno de personas que parecen que van a ver una pelea.

—Ya dejemos de pelear. Sólo sigue con lo que estabas haciendo.

—Bien.

—¡Auh!

Después de todo el problema que habíamos tenido, decidimos ir a la casa de Rosh (ya que era la que quedaba más cerca). Aunque en el trayecto nos miraron bastante raro, incluso una niña nos vió y gritó: “¡Ah, los de The Walking Death!” y se escondió detrás de su mamá, lo peor fue que Rosh me dijo: “No sé, desde antes tú ya parecias de The Walking Death”.

Al final llegamos a su casa y nos pusimos a tratar las heridas que teníamos. Los padres de Rosh no estaban, así que no hubo quien gritara por vernos así. No, en cambio, estaba Winy, quién, no sólo gritó, si no que atacó a Rosh creyendo que había sído su culpa.

Ya después de explicarle todo, por fin dejó ir a Rosh y para no tener que lidiar con ella Rosh le dijo que tenía prohibido pasar a su habitación y cerró con llave.

Nos bañamos y Rosh me prestó ropa. Fue difícil no ver cuando entró a la habitación depues de bañarse sólo con una toalla enrollada en la cintura. Él estaba más bueno que los tacos. Así que de inmediato fuí a bañar yo para no tener que verlo y me vestí en el baño para que él no me viera.

Después nos pusimos a tratar las heridas de cada uno. Pero Rosh se quejaba cuando desinfectaba las heridas con alcohol.

—Bien, tratadas las cortadas —dije finalizando mi trabajo —. Aunque, con los brazos vendados, sólo faltaría vendarte el cuello para que te parezcas a un personaje de anime.

—Sí no. Y, te faltó está —señaló una pequeña cortada superficial en su mejilla, cerca de su oreja. Yo tomé una bandita y la coloqué sobre la cortada.

—Listo —me senté junto a él en la cama, ambos estábamos mirando por alguna razón a la pared, sin hablar. No podía con eso, en especial llevando su ropa.

—¿Aún te duele la mejilla? —me preguntó, sin dejar de mirar la pared.

—Sí, mucho. No recordaba como era ser golpeado en la cara por un tipo 15 cm más alto que yo—me iba a tocar la mejilla, pero Rosh sujetó mi mano antes de que pudiera. Voltee de inmediato, él me miró.

—Perdón, por haberte hecho pasar por eso. No quería que te golpearan —me dije apenado —. Soy un mal amigo.

—Hey, claro que no. Intentabas proteger a tu amiga, eso no es malo. No siempre se puede salvar a todos. Y hay que aprender a vivir con ello. —le dije.

—Ahora suenas como Steve Rogers —y pude notar una pequeña sonrisa, que me provoco una a mí también.

—Sería genial si fuera Steve Rogers.

—Sería más genial si ya dejarás de sujetar mi mano —levantó su mano derecha, yo la sostenía con algo de determinación. De inmediato la solté y pude sentir el calor en mis mejillas.

—Lo siento, fue involuntario —miré al piso.

—Si seguimos teniendo este tipo de momentos gay, voy a tener que en serio empezar a llamarte novio —dijo, divertido.

Esta Vida Mía [Borrador] [BL/COMEDIA]Where stories live. Discover now