||49. Somos amigos, Parte 2: Explicaciones Y Otros Golpes.||

88 8 165
                                    

-¿Janer? ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí? -Para mi sorpresa y bendición, se trataba de Olivia.

Aunque no le tengo mucho apego más allá de ser la amiga a la que casi mato de una tacleada, puesto que realmente no hemos mantenido conversaciones ni hemos pasado suficiente tiempo juntos, al mirarla, ahora, solo puedo ver una luz celestial detrás de su cuerpo y escuchar un coro de ángeles cantando: "¡Aleluya!".

-¡Olivia! ¡Ángel bendito de luz! -Abracé sus piernas con fuerza, ella intentó retroceder pero yo estaba más aferrado que un niño en medio de un berrinche.

-¿Qué te pasa?

-¡Gracias al cielo apareciste! Todos me han abandonado y he metido la pata a lo grande con mi mejor amigo y ahora no lo encuentro -Comencé a trepar su pierna con ese tono trágico hasta llegar a su rodilla -, debe andar solo, con frío y hambre, durmiendo en una caja de cartón-.

-Janer, ¿De qué hablas? -interrumpió confusa. Entonces me di cuenta que fui para la Rosa de Guadalupe.

-Ah... No, me confundí de película. Digo que soy un idiota.

-¿Qué?

Yo me levanté de inmediato y la tomé de los hombros.

-¡Que por favor me prestes tu teléfono! -pedí, ella me miró un poco aterrada.

-Sí, solo tómalo y yá -cedió, sacando el teléfono de su bolsillo para entregármelo en un rápido movimiento.

Apenas lo tomé, marqué el número de Rosh y este rápidamente comenzó a sonar, es decir, literalmente comenzó a sonar el timbre de un teléfono cerca nuestro, un timbre que reconocía perfectamente. Olivia y yo nos miramos y luego buscamos con la mirada el sonido acompañado de un ligero tono de voz que parecía maldecir al aire, hasta que por fin dimos con una puerta a unos dos metros de nosotros: el armario del conserje.

Nos acercamos a ella justo cuando el sonido ya se había detenido. Nos dedicamos una última mirada con duda y decidí tocar la puerta.

-Rosh, ¿Estás ahí? -pregunté en un pequeño acto de estupidez, pero lo que me respondió fue peor:

-¡Aquí no hay nadie!

Olivia y yo nos miramos desganados, para luego yo entregarle su teléfono y decirle:

-Lo siento, Olivia. Gracias por el teléfono pero, ¿Podrías darnos algo de espacio? Necesito hablar bon él a solas.

Ella asintió sin más y guardó su celular.

-De cualquier forma, se supone que estoy en el baño, así que voy a eso. Buena suerte con... Lo que sea que pase aquí. ¿Hablamos después? -preguntó con una sonrisa amable, yo asentí y ella se retiró.

Entonces dirigi de nuevo mi atención hacia la puerta e intenté abriria pero, como lo suponía, tiene seguro.

-Rosh, por favor, abre la puerta. Debemos hablar -pedí, tratando de mantener la calma ya que es obvio que Rosh no lo hará.

-Oh, ¿Ahora si quieres hablar?! -preguntó con ironía. En efecto, no lo hará -. ¡Lárgate, no quiero verte!

Me agaché de frente a la pared, pues por el sonido, parece que Rosh está sentado en ese nivel y procedí a pensar qué hacer.

-Rosh, por favor. Déjame pasar, hablemos sobre esto -pedí desesperado, aún con un tono bajo, esperando que fuera suficiente.

Él no me quiso respondery lo entiendo, yo no lo haría tampoco. Pegué mi oreja a la puerta intentando escuchar del otro lado, Rosh está llorando, bueno, sin duda no espera escucharlo contrario, pero aun es duro pensar que es mi culpa que él se sienta herido. ¿Cómo va a ser suficiente?

Esta Vida Mía [Borrador] [BL/COMEDIA]Where stories live. Discover now