4- Amarillo es confuso

1.8K 206 10
                                    

~Stiles~

Aquella persona que había conocido en raras circunstancia volvía a irse sin darme una explicación. Me hablaba como si me conociera de tiempo. Genial Stiles, siempre tienes un don para toparte con personas extrañas.

Solté el saco de balones al ver como se iba con el capitán de lacrosse. Volví a voltear al lado de la cera.

Una camioneta de color negro y vidrios polarizados estaciono justo delante de mí. Un hombre bajo del lado del conductor y del copiloto bajo Allison, la chica nueva. El hombre se dirigió a una dirección que parecía ser la mía, pero supuse que no. Para cuando volvía de mis pensamientos conspirativos de quien podría ser él, ya estaba parado de frente.

—¿Has visto a este hombre? — me mostró un dibujo del rostro de un hombre. Los rasgos feroces que nunca olvidaría.

Pese a que era un dibujo a lápiz imagine su cabello negro y ojos verdes. ¿Por qué lo estaban buscando? Mi instinto decía que no era para nada bueno, Y mi instinto de conservación pedía que me alejara lo más pronto posible.

—No, no lo he visto —Respondí mostrándome seguro. Aunque con mi particular manera de hablar todos podrían pensar que estaba mintiendo, aunque esta vez sí era así — ¿Puedo preguntar por qué lo busca? —El hombre apretó los labios.
—Ve a casa chico —guardo la hoja del dibujo y me paso de largo, Allison lo siguió sin siquiera mirarme.

Cuando llegué a casa vi a mi padre en la mesa comiendo comida chatarra. Ya le había dicho que no era bueno que comiera tanto de eso, pero cada vez que yo no estaba, aprovechaba para comer a escondidas. Seguramente no esperaba que llegara temprano. Tenía a su alrededor un montón de documentos. Volvió atraer el trabajo a la casa. No me interesaba nada ello.

Ni siquiera me gustaba que él me contara sobre lo que estaba investigando, pero el adoraba hacerlo. Me senté frente al tomando la envoltura de la hamburguesa que supuse que era para mí.

—Llegas temprano —volteo a mirarme por una milésima de segundo para volver a mirar sus documentos.
—No es como que tuviera mucho que hacer —le di una mordida de mala gana a la carne.
—Eres un adolescente. Deberías salir con tus amigos —papa siguió comiendo. Mi padre desconocía esa parte de mí. Nunca supe porque, pero no fui bueno haciendo amigos. Nunca pude quedarme en un grupo mucho tiempo y al final desistí, siendo un solitario que prefería alejarse de todo lo que pareciera problemático y peligroso. Si, definitivamente no había heredado el valor o astucia de mi padre —¿O es que acaso prefieres quedarte con tu padre a escuchar de su interesante trabajo?

Oh no por favor. No más crimines ni asesinatos, no ahora. Estaba comiendo y si escuchaba algo de un cadáver iba a vomitar.

—No es que no adore tus agradables anécdotas de personas muertas tiradas por el bosque, Papá. Pero preferiría hablar de otra cosa por hoy —Robe sus papas fritas retacando mi boca con varias de ellas. Recibí un manazo por eso.
—Como quieras, ¿Y cómo te fue hoy en la escuela? —Y ahí va de nuevo. Otro tema delicado.
—Tengo buenas calificaciones y excelente conducta si a eso te refieres —seguí robando sus papas mientras estaba distraído.
—¿Sigues en la banca?
—Ni me toman como parte del equipo. Ni a banca he llegado —Suspire. Si esa era la realidad de Stiles Stilinski.
—Ya verás que pronto jugaras tu primer partido —dejo los papeles sobre la mesa —Y yo estaré ahí para apoyarte y gritar tu nombre.

No pude evitar no sonreír. Papá a veces se obsesionaba con los casos, pero siempre era un padre cariñoso cuando lo necesitaba. Él quería mantener una relación más estrecha conmigo, padre e hijo. Pero mi extraña e inexplicable costumbre de alejar a las personas era una gran valla interponiéndose.

Se me ocurrió una idea.

Podría empezar por algo.

—Hoy salve a un chico de ser golpeado por Jackson —Como contarle algo de mi día.
—Eso suena peligroso —me comentó con interés.

Aunque en el fondo sentía que al que había salvado de ser golpeado fue a Jackson, no al chico del cual aún no sabía su nombre, pero él sí sabía el mío por alguna razón que moría de ganas de saber. Era extraño. Yo no soy tan curioso. Y ahora también quería saber por qué lo buscaba ese hombre, que compartía algún parentesco con Allison. ¿Acaso era un delincuente?

Después de la plática con mi padre fui a mi habitación para hacer mi tarea. Me senté en el escritorio y abrí mi libro de economía, comencé a leerlo y cuando encontré una parte que creía y podía ser útil, estire mi mano para buscar el marcatextos sin despegar la mirada del párrafo o podía perderlo y tendría que volver a leerlo todo. Olvide eso cuando me pinche el dedo en los falsos intentos por tomar el marcatextos. Mire hacia el escritorio encontrándome con una tachuela color amarillo de las que usaba mi padre en el trabajo.

—¿Qué hace esto aquí? — Me pregunte sosteniéndola entre mis dedos. Me exalte del susto cuando mi padre toco la puerta.
—Solo quería decir buenas noches —me dijo con una sonrisa sin despegar sus labios.
— Buenas noches, me quedare un rato por la tarea —el asintió. Iba a irse, pero lo detuve. —papá, ¿Qué significa el amarillo?
—¿Amarillo?... Confuso... — Me respondió y luego se despidió.

Eso tenía bastante sentido. Tome la tachuela y la clave en la pared. Todo esto era muy confuso.

Ya eran las tres de la mañana. Ya había terminado los deberes, incluso estaba durmiendo. Una necesidad insaciable de beber agua me hizo levantarme. Camine descalzo por el pasillo hasta la cocina. Lo primero que vi fueron los documentos de mi padre desparramados por toda la mesa.

Era un desordenado de primera. Al menos había heredado algo de él. Papá siempre decía que me parecía a mamá. Me gustaba vivir con ese lindo recuerdo de ella. No recordaba mucho de su muerte, solo que estaba enferma. Pero mamá decía que no quería que fuera a visitarla, no quería que la viera de ese modo.

Papá me regalo su Jeep. Decía que ella quería que lo tuviera, pero nunca me atreví a sacarlo ni una sola vez por miedo de dañarlo. Hasta ahora seguía guardado en la cochera.

Recogí los papeles de la mesa acomodándolos en pila. La última hoja era un expediente.

Derek Hale.

Decía.

Al lado había una foto, pero había salido mal por las luces.

No se podía distinguir quién era. Seguí leyendo. Se le acusaba de la muerte su hermana y de algunas otras cuantas. Eso logro aterrarme al grado de no querer leer más. Que horrible que una persona así anduviera por Beacon Hills y yo ni enterado. Después fue exonerado de sus crímenes pues al parecer había sido un error.

El caso quedo como ataque animal. Rápido revise los demás documentos de distintos casos. Todos y cada uno de ellos cerrados como Ataque animal.  

DANGEROUS DESIRE- SterekWhere stories live. Discover now