Prólogo

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La propia existencia del universo resultaba fascinante dada esa extraña segmentación en quintos. Los mortales gustaban de explorarlo y descubrir el cómo funcionaba, así dos ramas nacieron, la filosofía y la magia.

De la filosofía nació una hija aún más racional, la ciencia. Poco a poco las ciencias tomaron un rol más importante dado que cualquiera con la determinación necesaria podía saberla, mientras que los magos sólo podían ser aquellos que habían sido bendecidos con sus dones, proclamándose falsos dioses los tiranos.

Tras siglos de investigación, aquellos sin potencial mágico aprendieron a utilizar su energía y se rebelaron, la guerra fue cruenta, pero los opresores perdieron, ocultándose para por lo menos sobrevivir.

En la historia de la humanidad es un hecho que quedó como un mito que dejó a grandes héroes, unos pocos conservaron la verdad, mientras la ciencia dio a los humanos la posibilidad de avanzar.

Para aquellos fenómenos que no lograba explicar su rival, la magia estaba ahí para por lo menos controlarlos, su propia documentación y estudio tenía ideas irracionales, aunque igual funcionaba, pero pronto el saber científico racionalizaba tales sucesos.

A tiempos modernos, se podría decir que los justos campeones regresaban, de su largo paso por el seol para renacer en un mundo que pronto acabaría. Ahora aparecían hechiceros benignos, artistas marciales, individuos de psique o físico aumentando, u otros simplemente eran valientes.

Las Ventanas a la MenteWhere stories live. Discover now