18.

7.5K 1.1K 538
                                    



Emilio


Me había quedado totalmente mudo. Mi cabeza era un huracán de pensamiento los cuales no me dejaban decir palabra. Joaquin me miraba con una pequeña sonrisa que le había quedado plantada luego de esa pregunta.

-Yo...- Salio al fin de mis labios, los cuales se abría y cerraba con dificultad, pues me estaba costando trabajo continuar. -No puedo...

Solo eso basto para que su sonrisa se borrara lentamente, dejando su rostro completamente serio.

-¿No puedes?- Me miraba con bastante decepción, cosa que logro hacer cosquillear mi pecho lleno de culpa.

-¡Por dios Joaco! Me estas pidiendo que me vaya contigo a la otra punta del mundo, a otro país... Acabo de mudarme y mi familia esta aquí, ademas...

-De acuerdo, sí, sí, ya entendí...- Me interrumpió tirando el cigarrillo al suelo. Lo piso bruscamente haciendo notar su mal humor. -Ya entendí...

-Joaquin no lo tomes así, sabes que yo te acompañaría si fueran una semana o dos, pero no creo que estés pensando en ir solo de paso...

-No te equivocas Emilio. Efectivamente, pensaba quedarme un par de meses.- Afirmo sin mirarme. Me quede callado luego de esa confesión, y suspire bastante por esta situación. Yo en verdad quería acompañarlo, pero no podía. No era tan simple. Tenia mi vida hecha aquí en Ciudad de México, mi carrera, mis fans. Y seria difícil despegarme de todo.

-Lo siento de verdad bonito, por favor entiéndeme.- Suplique mirando su ceño fruncido, el cual comenzó a relajarse después de mi petición, eso era una clara señal de que en esta ocasión me estaba dando la razón. 

Suspiro.

-No te preocupes, tienes toda la razón... Yo.- Una pequeña sonrisa resignada apareció en sus labios. -Yo pensé que vendrías conmigo, sin siquiera pensarlo, me deje llevar por pensamientos positivos e ignore la voz de la razón. Perdona de verdad. Vete si quieres Emilio, ya he ocupado bastante de tu tiempo.

Suspire de la misma manera completamente frustrado. 

Estaba entre la espada y la pared. Por un lado sabia que Joaquin no estaba bien, estaba seguro que me necesitaba, pues lo podía ver en su mirada. Ayúdame, decían sus ojos brillosos. Y yo había intentado ayudarle, pero las cosas habían llegado a su limite y para mí ya no era posible seguirle el paso a donde fuera. Tenia responsabilidades aquí, varias ofertas de trabajo que aceptar o rechazar, mi canal de youtube que alguna vez había abandonado pero que ahora estaba intentando cuidar, mi departamento el cual quería disfrutar en mis momentos de soledad, mi familia, mis amigos; me daba angustia solo pensarlo.

¿Podría dejar todo eso por Joaquin?

-Me voy...- Susurre con la mirada baja, necesitaba pensar a solas. Alejarme un tiempo de Joaquin aunque no lo quisiera. Era consiente de que teníamos que hablar sobre las situaciones extrañas que habían estado pasando pero había decidido dejar el tema para después. Porque ahora no me veía capaz de platicar tranquilamente y Joaquin tampoco parecía estarlo.

Okay.- Dijo mirándome a los ojos, me sonrió intentando aparentar tranquilidad y comenzó a caminar hacia el salón. No tarde en seguirlo hasta la puerta de salida. Cuando me abrió y yo salí al exterior, sentí que si cerraba la puerta algo entre nosotros se quebraría. Aquello no me gustaba para nada.

Emilio.- Enfoque mi mirada en su rostro. -Ya saque mi pasaje de avión, lo hice esta mañana mientras dormías. Me iré en tres días.- Abrí mis ojos de par en par al escucharle, no pensé que se iría tan pronto. -Solo... quería agradecerte todo lo que has hecho estos días... Ya no tendrás que preocuparte más. Te aseguro que estaré bien allá con mi familia. Así que... Supongo que te veré dentro de un tiempo.

-No manches Joaquin, no puedes irte así, tan rápido...- Negué con la mirada inquieta sobre su rostro serio. -Por favor considerarlo una vez más, deja el medio si quieres pero no te vayas.

Sus ojos se clavaron en los míos una vez más y sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo al verlos cristalizarse, tan frágiles como aquellos primeros meses en los que note que su comportamiento diario comenzaba a cambiar.

-Tengo miedo Emilio, ya te lo he dicho una vez.- Susurro desconcertándome. -Y si te dijera lo que me aterra... No me creerías. No quiero mentirte, porque ni siquiera se, si mi verdad, es verdadera.

-¿Qué me estas diciendo?- Me había perdido en la conversación pues no lograba entender sus palabras.

-No importa.- Nego rápidamente. -Lo que importa ahora es que necesito irme, de verdad tengo que hacerlo, con o sin ti... No tengo nada que pensar.

-Joaco piensa en tus fans, lo que sentirán cuando se enteren que dejaras de actuar, de cantar, que te vas a ir del país...

-Quiero hacer esto por mí... Por una vez quiero sentir que controlo complemente mi vida y que no me dejo llevar por opiniones ajenas. No me pidas que me quede Emilio, no lo haré.

-¿Eso soy yo para ti?... Una opinión ajena.- Me sentía dolido que me considerara como uno más, por muy infantil que sonara, no me parecía justo.

-Emi.- Se acerco mucho mas a mí y sujeto mi mejilla con suavidad con la palma de su mano, lo cual mando cosquilleo por mis brazos y piernas, poniéndome la piel de gallina bajo mi abrigo. Mis músculos se me ablandaron y mis parpados pesaron ¿Cómo podía él tener este poder sobre mí? -Sabes bien que tú eres más que eso...- Susurro cerca de mi rostro, mirando disimuladamente mis labios de vez en cuando. Me volvía loco cuando hacia eso.

-Demuéstralo.- Me atreví a murmura deseando sentir sus labios en los míos una vez más.

-Ven conmigo Emilio... Ven conmigo a Amsterdam.- Suplico otra vez, ignorando mi petición inicial.

Negué con la cabeza dando un paso hacia atrás, despegando mi mejilla de su mano. 

-Ya te dije que no puedo.- Conteste mirándolo a los ojos que estaban al borde de las lagrimas.

-Entonces adiós.

Y cerro la puerta de un portazo que me dejo con el corazón en el suelo.







__________________________________




Gracias por compartir la historia, lo aprecio mucho.


Anahí.



























Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora