Capítulo tres

142 29 61
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Mirando el reloj preocupada por que han pasado varias horas desde que todos se fueron de la oficina y yo sigo aquí sentada, haciendo cuernos con un bolígrafo a la tarjeta de presentación de Monik (Super maduro de mi parte). No encuentro noticia internacional que pueda publicar y ya la oscuridad empieza a cubrir mi escritorio desde la ventana. Que día más estresante, y lo peor de todo es que aun no acaba, porque no sé ni por dónde empezar.

Me puse a buscar en la internet a ver qué encontraba y escucho un ruido que venía del área de las escaleras. (No se supone que haya nadie aquí). Se escucharon unos pasos acercarse a mi escritorio y mi corazón empezó a palpitar fuerte, casi lo escucho por toda la oficina. Tome la lámpara de mi escritorio y me senté en el piso. (Lo que me faltaba que me asalten y me dejen muerta en la oficina). Los pasos se acercaban cada vez más. Mire por debajo de mi escritorio unos zapatos de hombres (Ahora si Soraya de esta quien te salva). Cerré mis ojos con mi respiración hecha un desastres y de momento escucho alguien tocando unos golpes suaves en mi escritorio.

—¡Ahhhhhh!- Me levanto del suelo moviendo mi lampara de lado a lado como beisbolista profesional— !Atrás, Atrás!

—Venga Soraya que solo te vine a traer un café, pero que forma de recibirme son esas. Mejor dame las gracias y dime que soy el mejor del mundo. —me extiende su mano con el café—

—Pero que mierd... —mi pecho en un sube y baja— Un poco más e infarto y no hablemos de que por poco te asesino con una lámpara —me compongo y respiro mejor—

—¡Ja! claro —bufa— Un poco más y te tiras por la ventana corriendo del miedo. Además si te digo que venia, me hubiese perdido esta maravilla de espectáculo. —me guiña el ojo.

—A ver y tú aparte de ir por la vida haciendo infartar a las personas ¿Qué haces aquí?

—Pues me dijeron que te quedarías hasta tarde trabajando y lo menos que podía hacer era devolverle el favor. Ya que desde que te hicieron la mano derecha de la jefa no me traes café. Ni siquiera por los años de amistad. —me hace carita de cachorro triste.

—Que exagerado eres, llevo solo un día, además ni quiero estar aquí. —exhale fuerte— Sabes, estuve todo el día trabajando en un bendito escrito, para que la muy maldita ni siquiera lo leyera y lo echara a la trituradora.

—Ay Sory, si te conozco como pienso, ella podrá empujarte todo lo que quieras pero eres más fuerte que eso. —Me dio una palmada en la espalda— Vamos ahora siéntate y termina ese escrito para que te largues a tu casa a ser la nerd que eres.

Luego de una hora, Mike se despide y se va. El tiende a ser un chico tierno de vez en cuando, no todo el tiempo muestra afecto pero cuando lo hace, es porque se preocupa por ti. Ahora, de vuelta al trabajo. Busco y busco por casi dos horas, ni cuando era fan de los one direction busque tanto. Hasta que al fin vi luz al final del túnel y di con una buena noticia. Esta vez sí que no se lo esperaría.

Escritoras Descaradas (en Pausa) Where stories live. Discover now