Capítulo Dos

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Me quede parada petrificada, mas tiesa que un tronco, mientras todos se dispersaron por la oficina a la mesa de bocadillos que prepararon

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Me quede parada petrificada, mas tiesa que un tronco, mientras todos se dispersaron por la oficina a la mesa de bocadillos que prepararon. Nuestro nuevo CEO que se llama Gerardo Dumoush. Apellido que no sé de que nacionalidad es y la verdad me hace la lengua un garabato al pronunciarlo, pero suena de alta costura y de seguro lo es, ya que compraron la editorial más popular de nuestra ciudad. Estoy en mis pensamientos y miedos mirando al vacío y veo a Mike moviendo sus manos de lado a lado frente a mi, con un pastelillo en su boca.

—¿Y a ti qué te pasa princess? te has quedado enamorada de la jefa o ¿que? —me pega suave con su codo cerca a mis costillas mientras mueve sus cejas de arriba a bajo—. Por que a mi ya me flecho el corazón. —Se pone una mano en el corazón dramáticamente.

—Creo que mis días en la compañía no serán iguales. —Susurre mientras lo tomo de la mano y lo jalo más cerca de mi—. Mis días están contados.

—Relájate princess, siempre habrá amor para ti en mi corazón. — Se soltó de mi agarre y puso su brazo alrededor de mi hombro—. Tengo amora para repartir. —me guiña el ojo.

—¿Que? —Le mire confundida y tuerzo mis ojos en frustración—. No seas imbécil Mike. Esto es serio, lo que pasa es que no entiendes. —Continúe en el susurro mientras le di un golpe suave detrás de su cabeza y comenzamos a caminar—. Recuerdas el mensaje que te envié esta mañana.

—Claro. El de tu pelea medieval con la algo de la telas. En el cual virastes mi cafe preciado.

—Pues esa es la chica que me hizo virar tu café—. Suspire.

—Oh, ya entiendo. Pero ya Soraya, no hay drama. Te dio un abrazo ¿no? ¿No es así que las chicas resuelven sus cosas?

—Realmente eres imbécil.—Tuerzo mis ojos suspirando fuertemente y moviendo mi cabeza de lado a lado—. El abrazo que me dio, fue para recordarme que hará mi vida un infierno aquí, en especial por que la insulte y le tire la servilleta llena de café en la cara. —Mike se quedó mirándome boquiabierto, sacando su mano de mi alrededor.

—¡Pero por favor Soraya! Por Dios, tienes que dejar de ser tan agresiva —habló con la boca llena de comida—. Ese arranque de coraje tuyo no te va a llevar a ningún lugar. Tu necesita ayuda profesional. Te pasare el número de mi madre, es casi psicóloga— se dio su último bocado y se sacudió sus manos mientras daba una sonrisa de boca cerrada.

-—Ja! ¿Tu madre? —Mis carcajadas se escuchan por la oficina—. No se si tu te acuerdas, pero tu madre y yo somos amigas. Nos textiamos y todo.

—¿Y tu desde cuando conoces a mi madre? No recuerdo haberte presentado.

—La conoci en tu última borrachera. ¿Recuerdas? yo te lleve a tu casa.

—Soraya, se supone que te presente a mi madre cuando seas mi novia. —finge que está sorprendido—. Ya suenas como toda una stalker profesional.- se encogió de hombros.

Escritoras Descaradas (en Pausa) Where stories live. Discover now