¡𝑺𝒉𝒊𝒏𝒆! [Vol.1]

𝟏𝟗. 𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 |𝐩𝐭.𝟏|

No puercas no es eso >:v

Azuma Noriko.

- Hola, Zumi-chan.- su cara con un poco de picardía me molestó. La electricidad recorrió mi cuerpo, las fotos calleron al suelo, mi mano sintió un calor provocado por mi particularidad activa.

- ¡Noriko! ¡Desactiva tu particularidad!.- ordenó Iida.

- Noriko, no empieces ¿si?. Hablemos.- Tadashi habló de nuevo y un poco preocupado.

- ¿Hablar? ¿Piensas hablar sobre todo lo que pasó?.- expresé molesta.

- Noriko no seas infantil por favor.

- No eres nadie.

- Soy tu hermano.- se hizo eco esa palabra en mi cabeza.

- No eres mi hermano.- lancé un ataque.

Las voces de mis amigos gritando mi nombre y luego todo se volvió negro.

Desperté.

Tirada en el suelo de una habitación, mi habitación, me levanté con cuidado, ya que me había mareado. Miré con atención, si, esta era mi habitación, pero había algo diferente, ¿Juguetes? Hace tiempo que ya no juego con juguetes.

- ¿En dónde estoy?.- dije casi en susurro.

Caminé por la habitación hasta toparme con la puerta, la abrí y salí cerrándola. Las paredes eran color crema con detalles cafés, esta era mi casa, pero en otro color.

- Así era cuando era niña.

Continúe caminando por los pasillos, vi varias puertas, reconocí una de las principales, era la de mi madre. Tomé el pomo con seguridad y decidida a abrir la puerta, escuché pasos viniendo hacia mí por lo que corrí a otro lugar, no podía toparme con alguien hasta saber que era y por qué estaba ahí.

Estaba lo suficientemente lejos de aquel lugar, mas aun seguía corriendo, me detuve decidida volver e investigar pero un fuerte golpe mi hizo caer al suelo.

- ¡Demonios!.- miré al frente, su cabello cenizo y su mal vocabulario me hizo saber de quien se trataba.

- ¿Bakugou?

- ¿Qué quieres?.- dijo en un tono de molestia por aquel golpe.

- ¿En dónde estamos?

- ¿Acaso crees que lo sé? No seas idiota.- dijo ayudando a levantarme, me di cuenta que sosteníamos nuestras manos aún lo cual me hizo mirar a Bakugou un poco roja.- ¿Tienes alguna idea de dónde estamos?.- dijo soltando mi mano.

- Si, pero es casi imposible.- volví a escuchar pasos así que lo tomé de la camiseta y abrí la primera puerta que vi.

- ¡Deja de...- le tapé la boca con mi mano para que no pudiera hablar, segundos después le quité la mano de la boca.- ¡No vuelvas a hacer eso!.- rodé los ojos.

- Alguien venía y no sabemos donde estamos, podríamos ser intrusos para las personas de aquí, mejor evitemos enfrentamientos.- le miré por encima del hombro.

- ¿Y? ¿dónde estamos según tú?.- ambos obserbavamos la enorme biblioteca con detalle.

- Estamos en mi casa.

- ¿Tu casa? Pero si no es el color.- se cruzó de brazos.

- Conozco bien mi casa Bakugou, el color no tiene nada que ver, alguna vez fue así pero eso fue hace mucho tiempo.- le conté hojeando unos cuadernos sobre una mesa.- Busca algo que te parezca útil para saber que pasa.

- ¡No me des ordenes¡ ¡Estaba punto de hacerlo!.- suspiré pesadamente.

Ambos recorrimos la biblioteca en busca de algo que me dijera en que año estaba o en donde estaba.