Bajo Mi Mando (Miraculous ladybug)

10. Under my command. (parte 2)

    La fin de tout.

¿Qué hora es?
¿En qué año estamos?
¿Dónde estoy?
¿Qué está pasando a mi alrededor?

Su iris se vió contraído al entrar en contacto con ese fino has de luz causada por el fuego.

Un momento... ¿Fuego?

¿Por qué las calles de la ciudad estaban incendiándose?

Trató de levantarse en compañía de uno que otro quejido por el dolor de los moretones en sus piernas y brazos, solamente pudo quedar sentada, pero eso bastó para llevarse la impresión de su vida.
La ciudad más hermosa, tranquila y única del mundo estaba hecha un verdadero caos: los edificios destruídos y ardiendo, las calles llenas de grietas y huecos enormes, la gente gritando y corriendo desesperadamente suplicando ayuda, ¡la Torre Eiffel destruída!

¡¿Qué mierda estaba pasando?!
¡¿Dónde demonios estaban la policía y los bomberos?!
¡¿En qué puto momento sucedió todo éste catástrofe?!

Su atención sólo se basó en recordar lo que había pasado, y sus pensamientos cobraron vida en cuanto vió a una pequeña criatura roja en el suelo a unos centímetros de ella.

—¡Tikki! —pudo acordarse con claridad al verla de esa manera, se encontraba tan débil la pobrecilla que apenas y pudo abrir los ojos en cuanto Marinette la sostuvo en sus manos.
La chica de coletas observó todo a su alrededor por última vez y se puso de pie, lo que le dió el chance de ver a un grupo de superhéroes tirados en el suelo.
Por un momento creyó que estaban inconscientes, hasta que el chico rubio de traje negro comenzó a abrir los ojos e intentó levantarse.

Rápida pero delicadamente metió a Tikki a su bolso para después darle indicaciones de que tomara energía y comiera algunas de las galletas que había ahí dentro, pues en cualquier momento la necesitaría para transformarse en Ladybug.
Al terminar, corrió lo mas pronto posible hasta su compañero y se agachó hasta su altura.

—¡Adrien, ¿estás bien?! —preguntó con preocupación después de que el chico masajeara su cabeza.

—¿Arándano? —contestó a modo de juego. Ella sonrió y se lanzó a él para abrazarlo con todas las fuerzas que sus brazos le permitieron.
—¿Qué está pasando? —cuestionó sin entender por qué estaba en el piso.

—Eso es lo que pasa. —apuntó detrás de ella para que el héroe pudiera ver a la ciudad patas arriba.
De la impresión se puso de pie y boquiabierto observó cada punto del lugar hecho ruinas, no podía creer lo que sus ojos veían pero ahora recordaba todo con claridad.

—Tenemos que detener a Jean lo antes posible. —mencionó con seguridad de su afirmación.

—¿Y qué hacemos con ellos? —preguntó al referirse al trío de súperhéroes que aún seguían desmayados.

—Hay que llevarlos a un lugar seguro, tu y yo nos encargaremos de ésto. —el muchacho asintió a su propuesta con tenacidad.
La ojiazul se acercó rápidamente a la abeja hasta agacharse y poder cargarla.
—Yo me haré cargo de Queen Bee, tu encárgate de Rena y ambos vendremos por Carapace. —la transformación del héroe tortuga había finalizado igual que la de Marinette, por eso propuso que ambos se encargaran de él, para evitar que algo malo le pasara a Nino o a Weyzz.

Chat apenas dió el primer paso cuando un terrible mareo y un pequeño dolor de cabeza invadieron su cuerpo, haciendo que su vista se nublara quedando casi inmóvil.
Un quejido de dolor se escapó de su boca, lo cual llamó la atención de Marinette, provocando que ésta entrara en cavilación e inquietud.