1. Amnesié

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Recomendación: colocar fondo de lectura color negro.

//AMNESIA//

—Otra buena victoria. —dijo la chica de antifaz con entusiasmo al ver que el villano volvió a su persona normal —¡Ganamos! —chocó los puños con su compañero quien tenía la misma sonrisa de conformidad.
Los aretes de Ladybug comenzaron a parpadear por tercera vez, ese rival había sido un tanto difícil de derrotar y tardaron mucho en usar el amuleto encantado. La energía de su Miraculous comenzaba a agotarse, así que tenía que irse cuanto antes para que su identidad no fuera revelada frente a nadie.

—No Ladybug, no te vayas aún. —mencionó Chat Noir tomándola de la mano antes de que pudiera lanzar su yo-yo para irse y dejarlo.

—¿Por qué?

—Pues por que... quería invitarte a tomar un helado ¿qué dices, eh? —colocó sus manos en su cintura esperando la respuesta de su compañera la cual no le hizo el gesto más deseado.

—Éste no es otro de tus intentos para seducirme ¿verdad? —era predecible. Ya no podía tener una buena charla con él sin sacar el mismo tema de siempre.
El rostro alegre del rubio se convirtió en uno de tristeza y decepción, y sólo eso bastó para contestar a la pregunta de la chica. Ladybug rodó los ojos y se dió una palmada en la cara; ya llevaba 2 años lidiando con el mismo asunto y hasta le era cansado tener que rechazarlo una y otra vez, no lo tomaba más que como un fastidio, con mayor razón ese día que su ánimo andaba por los suelos y lo que menos quería era contraer más disgustos.

—Chat, quiero evitarme la pena de discutir contigo sobre lo mismo. Mi humor en éste día no es el mismo así que tendrás que ahorrarte tus palabras. —no quiso agregar nada más y se dispuso a darle la espalda para caminar.

—Pero Mi Lady, yo...

—Basta, Chat Noir. —interrumpió las palabras del chico hasta que éste se quedara callado.
Ella le devolvió una última mirada y comenzó a andar a la orilla del tejado para lanzar su yo-yo a alguna parte.
El héroe no pudo contenerse más, necesitaba decirle lo que sentía una vez más hasta que pudiera comprender que todo es real, que no hay ningún juego ni truco.

—¡Ladybug! —la llamó por segunda vez. Ella cerró los ojos y suspiró.

—A mi también me rechazaron y sé que no es nada lindo. —afirmó de espaldas.

—Ya te demostró lo idiota que es ¿y aún lo sigues amando? —inquirió el gato. Su pregunta acabó definitivamente con la paciencia de la heroína y también le hizo nacer una nueva inquietud. Nadie nunca insultaría al chico que ama mucho menos en frente de ella a pesar de que tan malo o amable pudo ser.

—¡¿Que no te cansa pelear siempre sobre lo mismo?! —y ahí explotó.

—¡Me cansaría menos si ALGUIEN entendiera lo que siento!

—¡Te he dicho millones de veces que estoy enam...

—Istii inimiridi di itri chici. —interrumpió. —¡Lo sé, siempre dices lo mismo, es lo único que piensas!

—¡¿Entonces por que sigues insistiendo?!

—¡Por que no me di por vencido! ¡Aún conservaba mis esperanzas de que algún día te enamoraras de mí!

—¡Pues que lastima! ¡Tienes que entender que no te amo, nunca te he amado y nunca te amaré! —los ojos del rubio se abrieron como platos.
Esas palabras lograron callarlo y también lograron hacerle una enorme grieta a su corazón.
La chica seguía con ese gesto de furia y fastidio y pareciera que no se había arrepentido de ser tan dura con él, por que según ella eso era lo que le hacía falta para que entrara en razón de una vez por todas.

Bajo Mi Mando (Miraculous ladybug)Where stories live. Discover now