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Lee Tae Yong abrió los ojos, estaba en una cama. Se sentía extraño sin sus alas, todo era algo extraño, hacia frío, miro a su alrededor, era un departamento normal, tan parecido al de Ten.

Se tomo su tiempo en procesar las cosas, se levantó de aquella cama y fue hasta la puerta, saliendo del pequeño departamento, exactamente, estaba al frente del departamento de Ten.

Se apresuró a tocar la puerta, no hubo respuesta, se desespero, entro sin permiso.

Dios, perdóname por esto.

Pensó el ángel al entrar a la morada de Ten sin su permiso, TaeYong conocía a la perfección el departamento de Ten, así que inmediatamente fue hasta su habitación.

—Ten, por Dios, Ten.— el ángel lo sujeto entre sus brazos, coloco sus manos en sus muñecas, poco a poco las heridas se cerraron.

El chico estaba desmayado, así que TaeYong lo cargo y dejo en su cama.

No tenia ni la menor idea de cuál seria su rol ahí, eso hasta que algo vibró en su bolsillo.

Sacando un teléfono, se extraño, veía a Ten mucho con ese tipo de aparatos, así que se emocionó.

Había un mensaje de DongHyuck.

¡Hyung! Dios me dio uno de estos aparatos raros, dijo que te ayudaría desde acá. PERO QUE BUENA SEÑAL TIENEN ESTOS APARATOS. Oh, ya a lo que venía, Dios dijo que el departamento en el que vives es tu nuevo hogar, trabajas en la cafetería a la que todos los días va Ten, así que comienzas mañana a trabajar. ¡Hyung! Otra cosa, Mark vive muy cerca de Ten, si puedes ir a verlo... ¡Por favor!

TaeYong sonrió, sabia que DongHyuck estaba tan obsesionado con su humano a cuidar tanto como él.

Respondió a su mensaje al instante.

¡Gracias! Estaré al pendiente. ¡Lo mismo pensé! Que buena señal, mira que del cielo hasta acá... Oh, haré lo que pueda por verlo. Tranquilo, trataré de acostumbrarme lo más pronto posible. Te quiero, oh, Ten ya está despertando. ¡Nos vemos! Deseame suerte.

Era cierto, el tailandés estaba despertando.

—P- pero, ¿qué pasó? — no pudo terminar la frase cuando TaeYong ya lo estaba abrazando.

No podía decirle que se intentó suicidar cortándose las venas y milagrosamente las heridas se curaron.

Así que mintió.

Ay Dios, otra vez perdón.

—Resbalaste, afuera, te traje aquí, perdón por entrar... Ten.—

—Oh, ¿sí? Espera, ¿tú quién eres? — el chico tocó su cabeza con malestar.

—¡Ah! Soy Lee TaeYong, tú nuevo vecino de enfrente. Es un gusto verte mejor Ten. —

—¿Por qué me dices Ten?—

—Eso no importa, ¿te sientes bien?— el chico le sonrió

—Quiero descansar, de todos modos, gracias por la ayuda y perdón por las molestias — sonrió.

—No es nada, Ten.—
TaeYong estaba agradecido por ver esa sonrisa tan hermosa en persona.

Ten no sabia porque su imaginación le había jugado tan mal.

Creyó haberse suicidado, vio la luz, luego la oscuridad, y al abrir sus ojos nuevamente lo que vio fue a un chico tan hermoso que parecía un ángel.

¡Y era su nuevo vecino!
Y su vecino por una extraña razón lo llamaba Ten.

—Oh, perdón, mi nombre es Chittaphon.— sonrió sentándose en la cama.

—¿Puedo llamarte Ten?—

—Oh, claro, está bien — TaeYong sonrió. —Es tarde... Deberías, irte a tú casa...—

TaeYong se levanto y asintió.

—Cierto, buenas noches. — camino a la salida chocando con unas cuantas cosas.

—Buenas noches.— respondió Ten tan extrañado de su nuevo vecino.

Era lindo.

Red→ †TaeTenWhere stories live. Discover now