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La mañana siguiente se levanto de un excelente humor, podría acostumbrarse a esa vida mortal.

Claro, si Dios así lo permitía.

Se dio una ducha y se alisto para el trabajo, también empacó la comida que había quedado de la cena con Ten, podría compartirla con sus nuevos compañeros de trabajo.

Saliendo de su departamento escucho un llanto proveniente del departamento de enfrente, Ten estaba llorando, cuando iba a tocar la puerta, ésta se abrio de golpe mostrando la figura del chico de ayer, se veía molesto.

—¿Te quedarás parado ahí con esa cara de estúpido?— TaeYong se quedó pasmado y fue empujado, abriéndole el paso a Johnny, el ahora ex novio de Ten.

Después de procesar, volvió a escuchar el llanto y entro buscando a Ten, quien estaba en el suelo llorando, el corazón de TaeYong se encogió, dejo su pequeña mochila en la mesa y se arrodilló frente a Ten, dándole un suave y reconfortante abrazo.

Los pequeños sollozos del tailandés fueron disminuyendo cuando TaeYong comenzó a acariciar su cabeza con suavidad.

—Gracias— susurro el más bajo mientras limpiaba sus lágrimas, le sonrió de forma mínima al chico frente a él —Johnny dijo que debía dejar la academia porque seguramente andaría de ofrecido... Me dio a elegir, la academia o él... Me costó mucho ser admitido, es mi sueño, y lo cumpliré no importa si me quedo solo en el proceso.— el dolor en su voz era evidente, primero su familia, luego su novio.

—No estás solo, me tienes a mí— la sonrisa cálida que le regaló TaeYong lo tranquilizo. —Ahora vamos, deja de llorar por alguien que no merece tus lágrimas, me iba a la cafetería ya, ¿vienes conmigo?—

Ten asintió levemente antes de plantar un suave beso en la punta de la nariz del ángel.

Un ángel con gay panic.

¿quién lo diría?

Red→ †TaeTenWhere stories live. Discover now