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Los ángeles en el cielo jamás experimentaban el dolor de esa manera, jamás.

Y todas las sensaciones vividas habían dejado a TaeYong sensible, Ten junto a Hendery y YangYang se encargaron de llevar a TaeYong a casa del tailandés porque él lo curaría, Ten se sentía totalmente culpable hasta ese instante, si tan sólo tuviera más valor para dejar a Johnny.

Si tan sólo dejase de ser tan jodidamente débil y frágil, si tan sólo dejará de necesitar aunque sea el tosco y tóxico cariño de un desconocido para vivir. Porque nadie puede vivir sin amor y Ten odiaba sentirse solo.

Johnny huyó como una gallina en cuanto vio al abuelo de RenJun.

Después de que Hendery y YangYang se fueron, el tailandés comenzó a llorar mientras buscaba los algodones y el alcohol, porque no era la primera vez que los utilizaba a causa de Johnny.

Obviamente no al extremo en el que dejo al pobre de TaeYong.

Ten se encargó de limpiar las heridas que tenia TaeYong en su rostro, su labio roto, su ceja, su ojo comenzaba a hincharse así que debería ponerle hielo, sus nudillos estaban raspados, también su brazo y en general, su ropa era un desastre.

Ten estaba consciente que cuando TaeYong despertara le dolería todo, así que buscó algunas pastillas para dárselas una vez despierte.

Cosa que le estaba preocupando porque no lo hacia y ya llevaba rato.

Fue por una silla y la puso a un lado de su cama para ver cuando despertará, y así fue como TaeYong abrió los ojos viendo al tailandés dormido.

El dolor lo inundo por completo, pero recordaba todo. Debería comenzar a ir al gimnasio, estaba bien debilucho.

—T- Ten.— lo movió suavemente y el chico desperto.

—¡Gracias a Dios! Me estaba asustando, TaeYong, ¿por qué? Mira como estás por mi culpa hubieses dejado que me llevara con él...—

—Pero, Ten, ¿tú estás bien?, ¿no te hizo nada malo?— los ojitos del tailandés se llenaron de lágrimas.

—¡Te preocupas por mi aún cuando tú eres el que está todo golpeado! — acaricio su cabello mientras se sentaba recto en la silla. —Te traje estás pastillas, aliviaran el dolor y ordene una pizza para que puedas comer.—

—Ah, ¿entonces no perdí ningún diente?— intento bromear ocasionando que Ten se riera.

—Afortunadamente el abuelo de Injunnie llego, por cierto tienes los proximos días libres, hasta que mejore tú estado físico.— el tailandés hizo un puchero. —Gracias por defenderme.—

—¿Por qué?— TaeYong mantuvo su vista sobre él.

—¿Uhm?— preguntó confundido Ten sin saber a que se refería.

—¿Por qué lo soportabas?—

Y Ten no aguanto las ganas de llorar.

Red→ †TaeTenΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα