Capítulo 14 ¶🌌¶

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Buenas noches, Chara. Duerme bien.

Eh si, adiós. Vio como Frisk subió las escaleras, dejándola completamente sola en la sala.

Incluso después de haber pasado una semana desde aquella desagradable cena, Chara aún se negaba a dormir en la misma habitación con Frisk; si, quizás sea algo infantil por su parte, pero aún le dolía.

Aunque lo que le dolía mucho más era la opinión de Toriel. Chara no quería que la terminasen odiando y echando de la casa, como la chica de la telenovela de la tarde.

Pasaron las horas y no hacía nada más que darse vueltas de un lado a otro en el sofá, no encontraba la posición perfecta y además lo único que hacía era pensar y pensar. Se resignó y decidió ir a tomar un poco de aire fresco, necesitaba aclarar su mente.

Subió al cuarto de Frisk, ni siquiera se molestó en golpear la puerta, abrió y se dirigió al closet, sacó algo de ropa y sin importarle nada se cambió allí mismo. Antes de salir de la habitación miró a Frisk, contempló su bello rostro iluminado por la tenue luz de la luna, sino fuera por su orgullo se acomodaría junto a ella en ese instante y llenaría su rostro de besos y palabras bonitas, pero no.

Bajó las escaleras con la esperanza de no hacer mucho ruido, tomó sus llaves y salió de la casa.

Caminó sin rumbo durante bastante tiempo, la soledad de la noche la calmaba, escuchar el ruido de uno que otro perro ladrar, el sonido de las hojas moverse por el viento y el sonar de los grillos le encantaba.

Llegó a una plaza, y por sorprendente que fuera para un humano habían unos pequeños monstruos jugando allí. Se sentó en una de las bancas vacías y comenzó a contemplar el cielo estrellado, le hubiese gustado estar allí junto con Frisk.

¿Debería hablar con ella? Sí. ¿Lo hará? Probablemente no, por lo menos ella no iniciaría la conversación.

Pensamientos así rondaban aún en su cabeza, hubiera seguido agobiandose de no ser por el leve golpe de un balón en su pierna. Desvío la mirada del cielo y la posó sobre el par de niños monstruo que se dirigían a ella.

Señorita ¿nos puedo dar nuestra pelota? Chara tomó la pelota y se la extendió a los niños.

Ten cuidado, es la niña de la que nos habló mamá Dijo en voz baja el otro niño, aunque no tan bajo puesto que Chara pudo oírlo perfectamente.

—Es tarde, vayan a casa Chara dedujo por la expresión de los niños que los había asustado, de todas formas era de esperarse puesto que no tenía buena fama entre los monstruos.

Y eso justamente era otra cosa que le molestaba, si, había cometido errores cuando era una niña ¿pero es momento de superarlo, no? Estaba consiente de que de una manera indirecta había matado al príncipe del subsuelo, pero ya estaba vivo -al igual que ella- no le veía sentido de que aún temieran de ella.

Problemas, problemas y más problemas.

Ese pequeño encuentro con los niños había arruinado toda la paz que había tenido, ahora además de triste estaba molesta, necesitaba desahogarse de una u otra forma.

Malhumorada, se levantó de aquella banca y comenzó a caminar de vuelta a casa. Si por ella fuera golpearia a cualquiera que se le cruzace enfrente.

Le costó demasiado encajar las llaves en la cerradura, apenas entró cerró la puerta de un golpazo, no le importó si alguien se despertó, ella lo único que quería era echarse en ese maldito sofá y ver si por lo menos podría dormir un par de horas antes de que amaneciera. Y así lo hizo, sin siquiera ponerse su pijama se dejó caer en el sofá, sintió que alguien bajaba las escaleras pero no le dio importancia, cerró sus ojos y como si fuera un truco de magia se durmió al instante.

[...]

A la mañana siguiente se despertó en el piso, era la tercera vez en la semana que despertaba de esa forma. Enfurecida se dirigió a la cocina, vio la hora en el reloj de la pared -10:17- y se preparó uno cereales con leche.

Mientras tanto, Asriel -quién ya estaba duchado y vestido- se dirigía al cuarto de Frisk para despertarla, ya hecho eso bajó las escaleras rumbo a la cocina para hacerse un rico desayuno. Todo iba bien hasta que puso un pie en la cocina, vio a Chara y sintió un horrible escalofrío.

No es que estuviera haciendo gran cosa, solo estaba comiendo cereales, pero en ese instante era como ver al mismísimo demonio encarnado en persona. Intentó saludarla pero esta casi le lanza el bol con cereales a la cabeza.

Y por si fuera poco, como cereza del pastel, Frisk había entrado en la cocina.

El aire estaba tan tenso que se podía cortar con un cuchillo, literalmente.

Los tres estaban sentados en la mesa en silencio, sólo se escuchaba el ruido de los cubiertos chocar contra los platos y las tazas siendo llenadas varias veces con jugo. Chara era ver a un demonio, Asriel por otro lado temía por su vida, y Frisk, bueno ella estaba algo somnolienta aún, pero estaba decidida a ponerle fin a todo esto.

Chara tenemos que hablar.

En ese momento Asriel sintió el verdadero terror. Chara, más enfurecida trago lo que tenía en la boca y habló:

No tengo nada de que hablar contigo.

¿Perdón? Claro que tienes, me has estado evitando durante toda la semana.

¿En serio? No lo noté. Frisk sentía que estaba hablando con una pared.

¿Puedes dejar de ser tan inmadura y decirme que diablos te pasa?

Te diré lo que pasa niña determinación— Chara estaba a punto de estallar Sucede que a tal personita le da igual lo que su... joder ni se lo que somos, sienta.

No se a que te refieres.

¡Oh vamos! "no me gustan las niñas mamá, que asco" ¡Por favor!

Sabes que no lo decía en serio.

Pues me pareció que hablaste muy en serio— Para este punto, Asriel ya se había ido a comer a su habitación. Pero independiente de eso, ¿no crees como me lo pude a haber tomado?

No pensé que te afectaría. O sea, piensa un poco ¿quieres? Estamos hablando de mamá, no puedo llegar y decirle que me gustan las chicas.

¿Aja, y porque no?

Asumo que por la misma razón de que tú no le haz dicho.

Chara no respondió, sólo se quedó ahí de brazos cruzados sintiéndose una completa estúpida. Ahora estaba más enojada, pero con ella misma, había estado resentida con Frisk por algo que ni siquiera tenía la culpa. Frisk tenía miedo de la misma forma que ella lo tenía y su actuar infantil sólo empeoró aquella situación.

Frisk se quedó esperando una respuesta y al no obtener una se levantó de la mesa dejando su pan a medio comer tirado.

Después de que Chara se diera cuenta de que en realidad la había cagado y de que era una completa idiota, fue en busca de Frisk. Subió las escaleras y entró en su cuarto.

Allí estaba ella, sentada en la cama con su celular en mano, con los ojos algo hinchados y las mejillas rojas. Se acercó y se sentó a su lado. Ahora me siento peor sabiendo que te hice llorar.

Es alergia.

Sí, alergia.

Chara se acomodó junto a ella, de la forma en que la menor quedó entre los brazos de Chara. Esta comenzó a darle pequeños besitos seguidos de leves caricias. Frisk sabía que Chara lo sentía, aunque no lo expresase con palabras podía sentir que la mayor estaba arrepentida por sus actos.

Siento que igual te debo una disculpa. Quizás no debí expresarme así ese día.

Está bien, ahora te entiendo. Yo también tengo miedo.

Give Me A Chance [Charisk] [HIATUS]Where stories live. Discover now