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-No tengo nada que hacer, solo que pensé que tal vez tenerme aquí incomodaba a tu madre. - Solté una risa mientras pasaba la pizza que tenía en mi boca.

-En serio?!  Yo pienso que te quiere más que a mi. - Alejandro pasó por mi lado agarrando otra pedazo de pizza que al parecer solo sería para nosotros.

-No le haz dicho que somos amigos?. - Pregunto mirando fijamente a su pizza.

-No, no le he querido decir nada,  para ella tu sigues siendo mi novio. - Lo dije sin ninguna importancia y como yo estaba sentada en el taburete Alejandro se arrodilló para verme a la cara y puso su pizza frente mi cara,  lo mire confundida.

-Tu vas a morder la pizza al mismo tiempo que yo, si aceptas ser mi novia, y así ya no le estarías mintiendo a tu madre. - La repentina petición me sorprendió mucho y sinceramente no sabía que responderle,  ahora muchas preguntas surgieron de mi mente,  en verdad lo quería tanto para iniciar algo de nuevo con él? Esta vez sería diferente?  Podría ser feliz con él está vez?. Alejandro contó del 1 al 3 indicándome que tenía que decidir ahora, cerré mis ojos después del tres, mientras Alejandro me envolvía en sus brazos, yo masticaba el pedazo de pizza que había comido, había aceptado ser su novia, y me estaba arriesgando a nuevos problemas que podían surgir después de ésto, pero creo que era tiempo de volver a intentar algo con él ya que siempre estaba conmigo cuando lo necesitaba.

-Me haces muy felíz Jessica. - Sentí su respiración en mi cabello mientras aún no me soltaba de su abrazo.

-Hey!  tiraste mi pedazo de pizza cuando me abrazaste. - Señale aquella pizza a medio comer que estaba en mi mano hace unos momentos pero ahora estaba en el piso.

-En serio?,  yo estoy feliz porque ya eres mi novia y tu te preocupas más por una pizza?. - Me miró con sarcasmo pero en cuanto se distrajo me acerque a él para robarle un tierno beso, que él con gusto siguió,  nos separamos lentamente y quedamos viendonos a los ojos, para romper aquél momento hice una cara graciosa lo cuál hizo que ambos rieramos y nos separaramos.

-Quieres ver alguna película o ya te tienes que ir?. - Yo tenía mi cabeza en el refrigerador buscando alguna bebida.

-Debo ir a la escuela rápidamente para ver algunas de mis calificaciones restantes. - Alejandro estaba mirando su pantalla del teléfono, para después guardarlo en su bolsillo trasero.

-En serio tienes que ir?. - Hice un puchero mientras me sentaba en la Sala nuevamente, él siguiendo mis pasos.

-Si, de no ser así,  no podré saber mi promedio hasta que las suban a la página web. - Volteo hacia el techo y yo aproveche para darle un beso en la mejilla.

-Vas a volver?. - Le pregunte como una niña pequeña,  sacándole una sonrisa.

-Por qué estas tan cariñosa, mi vida?. - Pregunto divertido.

-Porque eres mi novio, pero si no te gusta puedo dejar de serlo. - Me levante en busca del control remoto y puse alguna película sin importar, me centre en el televisor e ignore a mi novio.

-Jessica... Jess... Amor.... Bebé.... - Mientras decía aquellos apodos tan melosos, se ponía frente a mi cara tapándome la vista de la televisión, hasta que logró tumbarme en el sillón con él encima de mi. - hazme caso!. - Dijo frente a mi cara.

- No. - Dije como un bebé ganándome un beso en mi nariz, sonreí ante su acto tan cursi pero él con delicadeza empezó a picar mis costillas, ganando risas de mi parte pues era cosquilluda.- BASTA!. - estaba moviendome como un gusano por sus cosquillas.

-No, hasta que vuelvas a ser cursi conmigo,  porque me encanta que lo seas. - Paró por un momento y yo asentí.

-Esta bien, pero ya debes irte, estoy segura de que tu madre no va a tardar en llamarte. - Él se bajo de encima de mi y me ayudó a levantarme del sofá,  tomó sus cosas y lo acompañe a la puerta.

-Mañana vendré por ti,  dile a tu madre, y tal vez nos tardemos un poco. - Yo le sonreí y dije que si con mi cabeza, nos dimos un pequeño y lo seguí con la mirada hasta que se perdió en el elevador. Entre al apartamento quedando recargada en la puerta un buen rato analizando todo lo que acababa de pasar, recorrí la casa para conocerla un poco, y sinceramente la amaba, era espaciosa y muy linda, tenía ese aspecto minimalista que me encantaba, estuve sola hasta la noche cuando mi madre llegó con muchos papeles en sus manos.

- Cariño!  He llegado donde estás?. - Salí de mi cuarto para buscarla y en cuanto la ví corrí a abrazarla. - Ven aquí, dejame ver el golpe, he comprado una crema para eso siéntate en la silla e iré a ponertela. -

Seguí sus indicaciones y como una niña pequeña me senté en aquella silla a esperar por mi madre, ella llegó rápidamente con un tubo de crema y delicadamente lo aplicó en mis dos pómulos que eran donde estaban los golpes propinados por mi padre,  el estar en esta situación me hizo acordar a cuando tenía 6 años y tenía alguna raspadura, mi madre siempre era la que estaba al pendiente de mi hermano y mia, en ningún recuerdo de mi infancia está mi padre, sentí nostalgia y al contacto de la mano de mi madre cerraba mis ojos y recargaba mi cara en su Palma como un perro buscando el consuelo de su dueño.

-Bueno mi niña, eso será suficiente para que tu hermosura siga intacta. - Tapó aquella crema de olor fresco y la puso en algún lado que no ví. - Es hora de dormir pequeña. -

-Esta bien,  buenas noches madre. - me levante de la silla y le dí un último abrazo antes de acostarme, fui a mi nuevo cuarto y me puse una caliente pijama ya que se podía sentir el frío de la noche, me asegure de que mi alarma estuviera puesta y me acosté.
Sin embargo después de unas horas de sueño un hundimiento en mi cama hizo que me despertara, y la silueta de mi madre se hizo presente en el cuarto.

-No sabes cuanto lamento lo que te hizo tu padre mi niña, yo hubiera dejado que me golpeara a que a ti te tocará algún cabello, lo siento hija, lamento haberle puesto más atención al trabajo de tu padre que a ustedes, no sabes cuanto sigo lamentándome lo insensibles que fuimos cuando pasó lo de Rodrigo, pero no quisimos aceptar que estábamos y que habíamos perdido a un hijo, nos mostramos neutros pero ese mismo día que nos fuimos del Hospital lloré como nunca, tu Padre dijo que solo era una estupidez llorar por alguien que ya estaba muerto desde hace mucho,  desde ahí empezaron los problemas y ahí supe que él hombre dedicado y amoroso que había sido tu padre algún día, ya no existía... - Al término de su discurso ambas estábamos llorando pero aún así no me movía de mi posición en la cama,  supongo que mi madre no sabía que estaba despierta pues cuando término de hablar salió de mi cuarto y se fue a dormir, pues si me imaginaba que soportar todo lo sucedido había sido cansado y necesitaba desahogarse.

***

Me desperté por mi nuevo tono de alarma, con mi padre siempre fue la alarma predeterminada por el teléfono, pero ayer decidí poner una canción que me produjera felicidad, empezaba un nuevo día y era el último en la preparatoria para después pasar a los trámites de la Universidad, me fui a mi baño para mirar al espejo los moretones de mi cara,  pero aquella crema al parecer hizo su efecto ya que ya no estaba hinchada si no que ya nada más tenía tonos violetas, pero sin ningún dolor, me arregle y salí de mi cuarto esperando estar sola como siempre.

-Buenos días, Jessica, hice el desayuno, ven. - Mi madre me recibió en la cocina y yo me sentí muy feliz de estar aquí con ella me acerque a la barra y desayune lo que mi madre puso frente a mi.

-Mami, vendrá Alejandro para llevarme a la escuela, esta bien?. -Le pregunte mientras ponía otra cucharada de mi desayuno en mi boca, mientras mi teléfono sonó por un mensaje.

-Esta bien, dile que suba para que desayune algo, mientras ustedes comen yo me iré a arreglar para ir a mi trabajo. - Mi madre se Quito el mandil de la cocina y se dirigió a su cuarto, mientras yo me levantaba para abrirle la puerta a mi novio.

Confusiones (2da parte de El mejor amigo de mi hermano)Where stories live. Discover now