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– Bueno deberías estar así más seguido. – Le guíñe un ojo, y le bese en la comisura de los labios logrando que sonriera. –Hacemos de desayunar o vas  seguir molestando a tu hermano?. –

–Podría molestar a Óscar pero es mejor pasar tiempo contigo. – Hicimos lo primero que encontramos en casa, huevo revuelto, unas tiras de tocino y panqueques. Nos sentamos los tres a comer y puedo decir que fue el desayuno más incómodo del universo, pues nadie habló, solo comimos en silencio y hubo varias miradas entré los tres, pero más enfocadas en mi, mientras las miradas de Alejandro eran tiernas y juguetonas, las de Óscar eran intensas y serias, pero aún con  lo incómodas que eran las miradas de Óscar no podía desviar mi mirada de la suya, solo desviaba mi mirada de la suya cuando recordaba que como ser humano, debía respirar continuamente. Terminamos el desayuno y debido a que Óscar vio que Alejandro no me dejaría sola con él, decidió que fue hora de irse. Pero cuando lo estaba acompañando a la  puerta un tipo Rubio con lentes de sol se estaba acercando a mi puerta.

–Luis? Que haces aqui?– Óscar se adelantó a mi y me sorprendió que conociera a Luis, cuando Luis lo vió se Quito los lentes de sol e intento decifrar que hacíamos nosotros juntos.

–Yo vine a hablar con  Jessica como le había prometido. – Óscar lo Miró queriendolo intimidar con la mirada, pero Luis no se inmutó. Óscar mandó un mensaje en su Teléfono y paso por un lado de Luis, sin despedirse ni nada, al subir a su moto tampoco volteo a verme así que solo se fue, entramos Luis y yo a la casa, y Alejandro estaba buscando una película para ver. Al vernos a los dos en la sala le hice una seña para que fuera arriba porque necesitaba hablar a solas con Luis.
Estábamos ya los dos en la Sala viendonos fijamente a los ojos, pero una llamada al celular de Luis lo interrumpió cuando Iba a empezar a hablar.

–Debo irme, ahora. –Se levantó rápidamente del sofá y se dirigió a la puerta pero corrí y lo detuve.

–No, tu no te puedes ir hasta que hables conmigo, en serio estoy preocupada, no sé que te pasa, debes decirme. – Me acerco a su pecho y me abrazo, algo en ese abrazo me hacía sentir ansiosa, se sentía como si quisiera decirme algo pero no podia.

–En serio, debo irme, pronto te contaré pero en estos momentos no es... Fácil de contar. –Me soltó de su abrazo y se fue por la puerta, ya no lo seguí, me quedé en la Sala pensando que debía ser tan serio como para que él se fuera así, pero esperaba tan siquiera verlo más seguido y que no se desapareciera tan repentinamente.
Después de un rato Alejandro se fue de mi casa también, me quedé sola y se podía decir que en mi cabeza habitaban demasiadas teorias, y sobre todo mi mente vagaba a esa noche en el restaurante, intentaba decifrar quienes eran esas personas, por qué conocían a Óscar y Rodrigo, y pensaba en si los había visto antes o no, sobretodo mi cabeza pensaba en si esos tipos tenían algo que que ver en lo de Luís, pero ninguna de mis preguntas era respondida, pues una sola incógnita podía tener diez mil variables y ni siquiera estar segura de la respuesta correcta. Ese día no hice nada, ni siquiera tuve ganas de hacer tarea, era sábado así que no tenía prisa por acabar los deberes pero algo que si necesitaba era desestresarme de alguna manera...
*Alcohol* fue lo primero que pasó por mi cabeza, y así a las 4 de la tarde llamé a la única persona que sabía que podría embriagarse conmigo.

<<Hey, éstas ocupado>>

<<Para ti siempre estoy disponible>>

<<Quiero divertirme un rato>>

<<Podríamos ir a por unas cuantas cervezas si quieres>>

<<Claro, donde nos vemos. >>

Después de que Steve me pasará la dirección del bar, procedi a arreglarme, no llevaba nada muy glamuroso, solo jeans y una blusa cualquiera, se podría decir que la primera que encontré en mi closeth, pasamos un buen rato, y conforme el alcohol se hacía presente en nuestros cuerpos, la conversación se hacía más graciosa.

–Diablos! Sabes que Alex se sacó la lotería contigo cierto?. – Dijo un borracho Steve arrastrando las palabras.

–A que te refieres? Si él y yo no somos nada, solo somos amigos. – Estaba riéndome como si Steve me hubiera dicho la mejor broma del universo pero en realidad solo era el alcohol haciéndo Buenos efectos en mi sistema.

–A no son nada? Entonces no importara si te beso, no?. – Se acercó a mi y sabía que aunque estuviera borracho seguía siendo muy astuto, decidí jugar un poco y acercarme a él también, ya sentia su respiración demasiado cerca de la mía y no faltaba mucho para tocar nuestros labios cuando...

–Que divertido fue pasar la tarde contigo, Steve pero temo decirte que ya se hace tarde. – Dije volviendo a sentarme en mi lugar, aguantando la risa que me provocaba la situación que acababa de pasar.

–Hey, eso no se hace, ahora tu me debes un beso. – Comencé a reirme porque obviamente yo no pensaba besarlo, lo que pasó en la fiesta fue solo por el momento, no porque me gustara, solo era mi amigo.

–Si, si claro, ya debo irme. – Baje con dificultad de la silla giratoria en la que estába, estaba apuntó de caer al piso debido a mi mal equilibrio pero Steve me tomó de la cintura para evitar caerme.

–Creo que estoy más sobrio que tu, así que te llevaré a tu casa. – Pues no me había dado cuenta de a que horas eran, había Estado en ese bar desde las 4 de la tarde y eran las 8 de la noche así que se podría decir que si caminaba a mi casa a esta hora, posiblemente no llegaría viva. Steve conducía un carro, que no era muy lujoso pero le servía para moverse  me dejó en mi casa no sin antes reclamarme por lo del beso en el bar, aún así le dije que no lo besaría y salí del auto para entrar a mi casa, se podría decir que de la cochera a la Sala me había tropezado con  todo lo que estaba a mi paso, para bajarme la borrachera, decidí tomar un baño de agua fría. En cuanto salí de la ducha, mi cama me estaba llamando así que alrededor de las 9:30 de la noche yo ya estaba muriendo en mi cama, y de lo que estaba segura era de que mañana no iba ni a poder levantarme por la resaca que posiblemente iba a tener. 

Golpes en la puerta de mi cochera fueron los que interrumpieron mi relajante sueño, pensaba en dejar que siguieran tocando pero al escuchar con más atención supe que la persona fuera de mi casa me estaba llamando, y era una voz conocida para mi, perezosamente fui abriendo los ojos pero los cerré de golpe en cuanto empezaron las pulsaciones en mi cabeza, bendita resaca pensé, baje rápidamente aún en pijama, y me dirigí a la cocina por algo que me quitará el dolor de cabeza, pero la persona que tocaba mi puerta era Muy insistente así que con  el peor de lo humores y dispuesta a maldecir a mi visitante,  salí de mi casa. Pero cualquier rastro de enojo despareció de mi en cuanto ví a Laura fuera de mi casa, con las mejillas empapadas de lágrimas, y más que nada se veía con mucha preocupación en sus ojos, abrí la puerta de mi cochera sin despegar mi vista de ella y en cuanto no hubo ningúna puerta entre las dos se lanzó encima de mi a llorar.

–Que ha pasado?!. –Fue lo que salió de mi boca al verla así de destrozada frente a mi, la hice pasar a mi sala para que me contara que había pasado pero mi cabeza estaba trabajando a mil en estos momentos pensando en diferentes teorías.

– Jessica, necesito de tu ayuda para esto no sé que hacer y no sé cómo van a reaccionar todos, pero estoy muy preocupada, no sé que va a pasar, necesito de tus consejos para esto. –Se paseo por toda mi Sala mientas yo solo la veía.

–Okay Laura, entiendo pero primero necesito saber que pasa. – Sus lágrimas seguían bajando por su cara y yo no sabía que hacer para detenerlas.

–Yo... Ammm... Estoy... Embarazada. – al decir la última palabra su voz se quebró y su desesperación se hizo presente.

–Dios! Laura, como pasó esto?. – Escondí mi cara entre mis manos, buscando rastros de que fuera un sueño rasque mis ojos y me pellizque para despertar pero no fue así.

Confusiones (2da parte de El mejor amigo de mi hermano)Where stories live. Discover now