CAPÍTULO 17

87 15 40
                                    

HOLI, ESPERO VER SUS HIPÓTESIS LUEGO DE LEER ESTE CAPÍTULO 👀

_______________________________

—No.

—Señorita, usted debe...

—No.

—... alimentarse, para recuperarse adecuadamente usted...

—No.

—Señorita...

—No.

Estaba decidida. No recibir alimento, no medicinas, no exámenes, nada. Quería información y la iba a conseguir, o en su defecto iba a ponerme peor. Recuerdo que no era algo que me preocupara realmente. 

La ausencia de Brandon en mi vida no me gustaba.  Me había acostumbrado a estar con él pues en mis últimos días —o eso era lo que recordaba— estuvo siempre ahí conmigo, esperando que la tan esperada muerte llegase a mi vida. 

Lo extrañaba, y sentía una constante angustia por no saber dónde estaba, si estaba bien, si se estaba alimentando correctamente, anhelaba saber si tenía pesadillas por la traumante experiencia de ver a la persona que amas consumirse por una terrible enfermedad, esperando en tus brazos la estocada final de la vida; la muerte,
porque yo no podía huir de ellas; añoraba un abrazo suyo, un beso, una caricia, una palabra de amor, me conformaba con una de sus miradas; con aquellos ojos tan expresivos, con su rostro serio luciendo como si su edad se hubiese duplicado. Sin embargo, lo que más rondaba mi mente era saber si me extrañaba tanto como yo lo hacía. Necesitaba saber de él, pero parecía que mis preguntas eran un plaguicida liberado por mis labios, porque todos desaparecían de mi presencia sin respuesta alguna.

Así que esa era mi nueva táctica, el no absoluto en todo, porque estaba al borde de un colapso histérico. 

—Hagamos algo, si se deja hacer este examen, podemos...

—No.

Era lo único que podía pronunciar, y era lo único que necesitaba.  No quería nada, y no me interesaba que mi cuerpo estuviese en desacuerdo.

La enfermera se dio por vencida, y salió del cuarto. Había logrado que me permitieran estar despierta por más tiempo, aunque no hacía nada en ese lapso más que pensar y lastimarte más, porque los recuerdos siempre estaban presentes, haciéndome dudar. Estaba segura de que Brandon había estado conmigo hasta mi último suspiro, no temía decir que me amó con todas sus fuerzas y sin dudas, mi muerte le había dolido y su sufrimiento era inmenso.  Entendía si necesitaba estar solo para curarse, comprendía que necesitaba su espacio.  Yo solo... no estaba muerta, y lo necesitaba a él.

Necesitaba algo bueno en mi vida. 

El doctor ingresó a mi cuarto sin decir palabra alguna. Estaba siendo acompañado por otras tres personas que se acercaron a mí, y empezaron a mover la camilla, como si quieran sacarme de la habitación. 

Miré alarmada al doctor, nunca antes había abandonado ese lugar, desconocía que había más allá de esa puerta, ¿qué iban a hacer?,  ¿a qué lugar me llevaban?, ¿por qué mi madre no estaba allí, con ellos?  Él no me miró, pero me ofreció su mano para que los nervios disminuyeran, les indicó que siguieran caminando y se hizo a un lado para que la camilla pudiese salir sin problemas. Todo sin soltar mi mano.

Él es increíble. El mejor doctor que he conocido en toda mi vida, me gustaría agradecerle lo que hizo por mí pero supongo que en cuanto todo termine esta historia, no querré nada más que acostarme y esperar la muerte, esperando esta vez no despertar.

Recierdo que miré alarmada a mi alrededor, encontrando un largo pasillo blanco con pocas puertas separadas por bastantes metros. Al final había un ascensor; los hombres guiaron sus pasos hasta él. 

ATARAXIA.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum