CAPÍTULO 10

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CHICOS, UN VOTO NO LOS DEMORA UN SEGUNDO. A MI ME SIRVE Y MOTIVA MUCHO.

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El infortunio del que soy parte y ha tomado especial cariño a mi vida, al punto de no querer dejarme en paz, ni darme un suspiro o descanso, me ha convertido en algo completamente irreconocible. Soy lo que siempre odié, soy la personificación de todo lo que un día critiqué y no creo tener la fuerza de voluntad necesaria para abandonarlo, me gobierna y yo no hago -ni haré- algo para cambiarlo.

Cada día es más difícil escribir, me pesan demasiado las manos, y levantarme cada mañana es algo que requiere de fuerzas que no poseo. Por ello he decidido levantarme cuando el sol esté en lo más alto, pues el calor desesperante que últimamente azota éste lugar me obliga a abandonar la cama y arrojarme al piso, literalmente. Muchas veces mis fuerzas son insuficientes inclusive para permanecer de pie. Llevo tres noches intentando escribir esto, pero cada vez es más inútil, soy más inútil.

Ya no puedo llorar, no poseo lágrima alguna para derramar y tampoco tengo las ganas suficientes para hacerlo, requiere demasiado esfuerzo levantarme de mi miseria para seguir durmiendo, acumulando recuerdos para luego luego plasmarlos en palabras.

No puedo asegurar que terminaré de escribir esta historia, no sé cómo forzar más mi cuerpo y mi mente.

Recordar es difícil, ¿sabes? Duele enormemente, es casi asfixiante y me consume más rápido que el negarme a ingerir alimentos por lo menos una vez al día. Creo que he perdido unos cuántos momentos de lo que sucedió, muchas veces ni siquiera puedo darle un orden cronológico a las memorias que a mí llegan.

Mis huesos son cada vez más visibles, estoy escalofriantemente flaca, un golpe en el lugar correcto y el hueso, sin duda, se rompería en múltiples partes, pero no me importa. Sólo pido que no sí llega a suceder, no sea en las extremidades superiores de mi cuerpo, no me permitiría vivir y no escribir.

Cada día siento la muerte más cerca, más próxima a acabar conmigo y darme la paz que tanto deseo obtener; en ocasiones le susurro que me permita terminar de escribir, le pido un poco más de tiempo para lograrlo. No sé sí me escucha, y sí lo hace debe reírse de lo patética que luzco hablándole a la oscuridad y al silencio que reinan en las cuatro paredes que me rodean.

¿Tiene sentido lo que he escrito? Siento que quizás las ideas no tienen relación y son sólo párrafos lanzados al azar de recuerdos y frases que mi mente expulsa y mis manos plasman. Perdón por no lograr una historia mejor, pero mis ojos se cierran, tiemblo mucho y siento mucho frío, aún cuando el clima afuera es aterradoramente fuerte, siento también mucho calor, aquel que me hace salir de la cama en algún momento del día, ¿tiene eso sentido?

Ahora mismo me siento desfallecer, siento que no puedo más, escribiré cuándo pueda. Espero no morir antes.

Perdón, Brandon, no mereces ésto.

ATARAXIA.Where stories live. Discover now