Primavera

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Llegó la primavera, una de las épocas que más me gustan. Las flores de mi ciudad adornan el piso de las calles y hacen que se me olvide que hay maldad en el mundo.
En esa época los niños estaban más activos, habían festivales deportivos y culturales para unir a la familia...

- Despierta princesa, aunque eres una no eres la bella durmiente -Abrí los ojos con pereza
- Quiero seguir durmiendo -Me quejé, aparentemente sin éxito
- Ya es tarde Annie, le prometí a tus padres que me encargaría de ti desde temprano -Me levanté de mala gana -Deja de llamarme así, sabes que no me gusta

Annie era una muñeca que tenía un programa de televisión para niñas, entreteniendo con canciones, cuentos y demás. William no paraba de compararme con ella, con el tiempo llegué a soportarlo

- Eres igual a ella, son una belleza -Por ese tipo de comentarios dejaba de insistir
- ¿Por qué no pueden llevarme mis padres al evento? -William me ayudó a vestirme
- Ya sabes princesa, son personas ocupadas
- No lo entiendo...
- Si no trabajaran tanto no tendrían dinero -Desvié la mirada
- ¿De qué sirve ese dinero si solo viven para obtenerlo? -Se hizo un corto silencio -No quiero tenerlo
- ¿Qué hay de mí? -Enrojeci
- Tú... Estás bien para mí

Tenía sólo ocho años más que yo, y desde que tenía memoria se había encargado de mí siendo mi única compañía.
Era algo así como mi tutor, el hijo de un viejo amigo de la familia, alguien cercano que no necesitaba mayor referencia. Dedicaba todo su tiempo para hacerme feliz.

Nunca tuve buen carácter, puede que se debiese a mi disfuncional familia. La mayoría de las veces estaba mas tiempo en detención que en clases

- Ann, ¿Tus padres no vendrán?
- Yo he venido a representarla -Interrumpió William al entrar a la coordinación
- Disculpe, ¿Quién es usted? -Preguntó la directora con sospecha
- Soy el hermano de Annie -Respondio dándome un guiño rápido antes de agitar mi cabello
- Ya veo, ¿Está al tanto de la situación? -Preguntó con molestia
- Sí, una pelea -Respondió con seriedad
- Si Ann sigue por ese rumbo no conseguirá amigos nunca
- Estoy de acuerdo, tenga por seguro que la reprenderé
- Otra cosa, me gustaría también hablar en algún momento con sus padres, no los he visto desde la inscripción
- Ellos se encuentran en un viaje de negocios...

No me preocupaba sus ausencias, él era al único que necesitaba

- Annie, ¿Qué piensas hacer con tú futuro? -Preguntó William como si organizara un sermón
- No estoy segura... Pienso en algo que haga a mis padres dejarme en paz
- ¿Y eso es...?
- Supongo que si soy muy buena en algo no se podrán interponer... La última vez dijiste que te gustaba la música clásica
- Sí pero, ¿Eso que tiene que ver?
- ¡Quiero ser violinista!
- ...¿Estás segura? Pensé que te gustaría algo relacionado con la medicina...
- Eso es lo que quieren mis padres, yo quiero que me escuches y eso te haga feliz

Se supone que un prodigio necesita nacer con talento, yo sacrifiqué todo el tiempo que tenía para crear esa ilusión. Ciertamente no tenía talento, pero necesitaba ser reconocida, no importaba cuanto tuviese que repetir las prácticas, tenia que ser la mejor... Y simular que no me era la gran cosa, ¿Eso lo haría orgulloso?

- ¿Fiesta de quince años? No me gustan esas cosas...
- Vamos Annie, será precioso. Tus padres están muy ilusionados
- ¿Por qué no me hablan? Si tienen tiempo de hablarte podrían hacerlo conmigo...
- Ellos están de viaje, por eso te lo digo yo -William se veía tan confiable como siempre -Ademas planearon todo para que te veas cómo Annie -Desvié la mirada avergonzada
- Solo quieren hacer una reunión para sus amigos... Yo no les importo -Me miró comprensivo
- ¿Qué tal si me tocas esa canción que tanto has practicado? Eso lo convertiría en un día especial para ambos
- ¿Lo dices en serio? -Me abrazó con dulzura
- Por favor
- ... -No podía decir no a eso

Amor destrozadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora