C A P I T U L O 21.

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Ayer por la tarde nos habían llegado a la reserva cinco Demiguises, seres curiosos que tenían la capacidad de ver el futuro inmediato. Tenían la capacidad de hacerse invisibles, por lo que nos habían causado bastantes problemas en las pocas horas que llevaban en el lugar.

Junto con Evanna estábamos montando sus hábitats usando las varitas. Estas criaturas nos darían mucho trabajo, al menos eran herbívoros y eran simpáticos.

—¿Alguna vez te importará algo más que estas criaturas? — me preguntó Evanna con un toque algo melancólico.

—¿En qué sentido lo dices?

— Siempre antepones tu trabajo aquí a cualquier cosa.

No lograba comprender del todo a qué se debía esta conversación.

—¿Lo dices por algo en específico?

— No, osea sí. — contestó — Siempre quieres estar aquí y es tu prioridad.

— Estoy donde siempre quise estar Eva, este es el trabajo de mis sueños, supongo que es normal que quiera estar aquí.

Estuvo en silencio por algunos momentos más.

— ¿ En qué lugar está tu familia en tu vida?

— En uno de los primordiales ¿Por?

— A veces no se nota tanto.

— Sabes que no soy muy demostrativo, pero eso no quiere decir que no los quiera, ni que no los valore. Ellos tienen su vida y yo la mía. Todos respetan mi decisión de estar aquí.

— ¿Y quieres formar tu propia familia en algún momento?

Dejé de trabajar con la varita y la observé detenidamente.
— No entiendo a qué te estás refiriendo ¿Si quieres saber algo se directa Eva?— junté mis cejas.

— ¿En qué lugar estoy para tí, soy parte de tus prioridades?

— Eva, nosotros estamos juntos, eso es importante para mí.

— A veces eres un tanto hermético, no sé qué es lo que piensas realmente. Y me gustaría saberlo.

Estaba aprovechando de que todos estaban cortando el césped y desgnomizando el prado, habíamos sufrido de una invasión repentina de gnomos de jardín.

— Creo que es un poco pronto para hablar del futuro, a mí me gusta vivir del presente, en este momento quiero vivir mi vida y tú estás en ella. Estoy feliz de que estés en ella.

No sé si esa era la respuesta que esperaba, pero nuestra relación era muy reciente para hablar de seriedad o del futuro. Entendía sus inseguridades.

— A veces siento que todo puede irse de mis manos en menos de un minuto. — dijo. — No me hagas caso, estoy diciendo tonterías.

— No son tonterías. — acaricié sus hombros — Entiendo tus preocupaciones, pero creo que pensar tanto en el futuro genera más ansiedades.

La besé en la mejilla. No entendía por qué sentía esas presiones, hace unos días estaba tranquila, quizás ahora estaba entrando en shock por lo de su madre.
—¿ Quieres hablar sobre algo?

— No, creo que debo despejar mi mente.

Reí, las mujeres eran tan extrañas. En un momento estaban bien, al siguiente tristes y después enojadas. Para después volver a estar felices.

— Iré adentro y vuelvo, ¿necesitas algo?

— No, sólo que no tardes mucho, estamos bastante lejos de la residencia y pronto necesitamos atrapar a todas estas adorables criaturas para dejarlas seguras — usé el sarcasmo.

Dragones y Canela [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora