C A P I T U L O 15.

4.7K 478 118
                                    

Eva.

Evanna como a ella le gustaba que le dijeran. Le gustaba que la llamaran por su nombre completo, porque según ella era lo único real que tenía en la vida.
No conocía a sus padres, ni tampoco sus orígenes, y si soy sincero al menos yo creía que le daba miedo saber quién era realmente.

Desde el último día del carnaval todo había cambiado entre nosotros. No fue necesario decir que estábamos saliendo o que teníamos algo, porque estaba allí, tangible y a la vista. A mí me había costado mucho dar mi brazo a torcer. Pero ella me había tomado por sorpresa en todos los sentidos.

Primeramente cuando llegó, provocó tanto alboroto que fue imposible no sentir su presencia, después por como fue haciéndose notar entre nosotros.
Eva era una chica sin ambiciones notorias, sólo le gustaba disfrutar de las cosas simples y eso siempre me gustó de ella, desde la escuela.

Me motivó su manera de tratar a los Dragones y al resto de las criaturas, cómo fue demostrando que realmente le gustaba el trabajo cosa que  claramente yo sabía, sólo quería ponerla a prueba. Con su manera dócil y risueña se ganó el respeto de todos aquí, incluyendo a Yusuf, que es realmente difícil de convencer.

Sólo le faltaba yo.

Y tampoco tardó demasiado en hacerlo, admito que soy terco, pero no estaba en mis planes conocer a alguien de esa manera, de hecho aún tengo dudas, pero lo que me hizo creer en ese instinto, fue cuando la ví en peligro. Tuve ese instinto de protegerla, y de no permitir que nada la dañe.

Que ironía, sé perfectamente que yo también puedo hacerle daño con mi pasado. Pero aún así, quiero protegerla de su pasado, de esa familia que no se hizo cargo de ella y también cuidarla de los fantasmas que la atormentan.

Tiene una sonrisa cálida, sólo con eso puede convencer a alguien de hacer lo correcto, ni siquiera algo que a ella le plazca porque se perfectamente que no es ese tipo de chica, creo que jamás haría algo en su propio beneficio, en eso se parece bastante a mamá.

Desde que nos besamos nos hemos mantenido juntos, me nace estar con ella, cuidarla y empezar a quererla. Ella no necesita que le diga lo que necesito porque lo sabe muy bien al parecer. Sé que espera que confíe en ella, pero aún es muy pronto para hacerlo del todo.

— Hey enamorado. — Isaac me sacó de mis pensamientos, sin evitarlo me sonrojé, porque todo eso lo estaba pensando mientras la observaba domesticar a las crías de galeses verdes.

— ¿Uhm? — fue lo único que emití para evitar mi vergüenza.

— Hoy será el partido de Quidditch en el estadio de la ciudad y todos iremos. ¿Tú y Eva irán?.

Pensé por un momento la manera en que ya me preguntaba por ella como si fuéramos siameses, más no quise decirle una estupidez. Con Eva habíamos estado demasiado tiempo juntos y eramos muy cariñosos como para que los demás no se hubieran percatado. Gracias a Merlín todos se lo habían tomado bien y no había escuchado ningún comentario malintencionado.

— Pues yo tengo otros planes Isaac, y en cuando a Eva, no lo sé — dudé — aún puede tomar sus decisiones propias, que estemos saliendo no hace que hará todo lo que yo quiera.

Isaac me sonrió con sinceridad.

— Estoy contento de que estén juntos.

Lo miré con curiosidad.

— Era muy obvio que se gustaban — agregó — ella sonríe cuando está cerca tuyo, y tú eres menos amargado. — bromeó.

— Ja, ja — solté con sarcasmo— gracias por tus buenos augurios y por tus prósperas palabras.

Dragones y Canela [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora