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Narra Cande.

— Despierta — dijo Mia pegándome con una almohada en la cabeza. Me senté en mí cama y llevé mis manos a mí cabeza.

— Mierda, te dije que no volvieras a entrar a mi habitación — dije frotándome los ojos.

— Pero hay alguien esperándote a fuera — dijo y se fue de mí habitación.

— ¿¡Quien!? — pregunté cuando Mia ya estaba afuera.

— ¡No te voy a decir! — exclamó desde el pasillo.

— Pendeja — susurré.

Me levanté de mi cómoda y grande cama, soltando un suspiro, para vestirme y bajar a desayunar junto a ella. Bajé las escaleras y ahí estaba Jimin sentado en el sofá. Sonreí cuando lo vi y él hizo lo mismo.

— Hola — lo saludé.

— Hola — se acercó y me abrazó.

— ¿Que haces aquí, Jimin? — pregunté mirándolo.

— Vine para que pasaremos un día juntos — sonrió.

— Esta bien — asentí — Espérame — hice unas señas con las manos.

— Ok — dijo.

Volvi a subir a mí habitación para ponerme algo con lo que pueda salir bien vestida a la calle. Tendría que arreglarme otra vez, pero miren el lado bueno, saldré con Jimin.

— Volví — avisé con una sonrisa en la cara.

— Vamos — dijo tirando de mi mano.

— Está bien — dije caminando con él.

(...)

Despues de caminar con él, agarrando mi mano y yo la suya, llegamos a un restaurante de comida rápida. Ya era el mediodía, y yo me había perdido el desayuno. Los dos pedimos dos hamburgesas, él grande y yo la común.

— Después tenemos que seguir nuestro camino — dijo con la boca llena.

— Ok — dije limpiandome las manos.

— A la noche estaras devuelta en tu casa sana y salva — dijo limpiandose la manos. Los dos ya habiamos terminado de comer, solo quedaba terminarme las papitas.

Jimin pidió la cuenta y pagó por ambos, yo insistí en pagar mí parte, pero dijo que esto es una cita y que él quería pagar. Volvió a agarrar mi mano para seguir caminando. Nuestra proxima parada fue una heladería.

Me encantaba pasar tiempo con Jimin, desde que volvimos de la playa empezamos a hablar y a salir mas, siempre nos reíamos juntos, no hubo ninguna salida que no hayamos hecho alguna estupidez y que no rieramos por esas acciones, ademas era muy adorable y lindo.

El lugar que habiamos llegado era una heladería, yo abrí la puerta y lo dejé pasar, él entró riendo por mi acción y después yo reí.

Mientras Jimin pedía helado, yo tocaba sus mejillas con la punta de mí dedo y lo veía sonreír antes mí acción. La chica que ni estaba atendiendo miraba mucho a Jimin y eso me estaba molestando demasiado, pero no podía reclamar ni quejarme de nada, así que rodeé la cintura de Jimin con mis brazos y pegué mí mentón a su hombro.

Narra Jimin.

Hoy queria pasar un día entero con Cande y después le daría una sorpresa.

Mientras pedíamos nuestros sabores de helado habia una chica que no paraba de mirarme, y noté un poco la expresión de Cande, y también había un chico que no para de mirarla eso si me enojo mucho. Levanté mí brazo y rodeé sus hombros con este y por último besé su cabeza, vi como ella se sonrojó, di vuelta mi cabeza y sonreí.

Después de todo nos terminamos sentando en una mesa, casi en el centro del lugar. Cuando nos sentamos empezamos a hablar por la cara de la chica de la caja y el chico que servía los helados. Seguimos hablando y riendo, y ya había llegado la hora de la sorpresa.

— Cande — la llamé poniéndome de rodillas en el suelo. Parece que le estaba por pedir matrimonio.

— ¿Quep? — preguntó riendo.

— ¿Te gustaría ser mi novia? — pregunté sonriendo.

— Sí, sí quiero, Jimin — rió y se paró para abrazarme y yo hice lo mismo.

— Te quiero, te quiero mucho — la abracé levantándola del suelo.

— Yo más — respondió desordenando mi cabello.

(...)

Ya era de noche, Cande y yo nos encontrábamos en la puerta de su casa. Esta sería nuestra primera despedida como pareja, creo que estoy exagerando un poco.

— Adiós, novia — me acerqué para besarla.

—Adiós, novio — rió y la ví entrar a su casa.

— ¡Ah! — grité de la emoción. Que suerte que no había nadie en la calle, si no todos me estarían mirando raro.

Narra Cande.

¡Oh sí! Soy la novia de Jimin.

Entré a casa y cerré la puerta. Mia apareció desde la cocina con una cara preocupada. La entendía, si ella llegara de la misma manera a casa, yo también estaría preocupada.

— ¿¡Qué pasó!? — llegó Mia a la sala donde yo estaba.

— Ah — suspiré con una sonrisa en mí rostro — Jimin es mi novio — dije. Ya me dolían las mejillas de tanto sonreír.

— ¡Que bueno! — exclamó y se acercó a abrazarme.

Jin y Tu→#1 [✓]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें