F A K E|| Martin Garrix||

08.

Mientras me debatía sobre levantarme o no a abrir la puerta que era golpeada en estos momentos, mi cuerpo retomaba fuerzas que creía pérdidas de la noche anterior en el ultra.

— Ya voy!— grite con la escasa voz que me quedaba. Sentía que mi garganta estaba igual de seca que un desierto.

Quite el edredón que cubría mi cuerpo y noté que seguía con la misma ropa del día anterior excepto que voy sin zapatos, me levanté rápido y hubo un viaje astral en mi cabeza, me mantuve en pie y camine hacia la puerta para abrirla.

— Tienes el sueño pesado o solo me parece?— dice Martijn con una sonrisa burlesca. Me acerco a saludarlo, un abrazo y dos besos en la mejilla antes de dejarlo entrar.

— Que haces aquí tan temprano?— dije en tanto bebía una botella de agua. Martijn se sentó en mi cama.

— Bueno, en realidad son las doce del mediodía— quedé sorprendida y él me enseñó su teléfono— venía a llevarte a almorzar.

— Y por qué?— solo me bastó una mirada para recordar lo acordado.

— Prometimos que nos conoceríamos mejor— hablo y me eché en la cama.

— Te besé en frente de miles de personas— afirmé, la vergüenza empezó a invadir mis pensamientos.

— Si y ahora somos la pareja más popular— me enseñó su cuenta de Instagram— eres buena besando Kay.

Fue lo que colmo mi paciencia, así que con mis pocas fuerzas tomé una almohada y golpeé su rostro. Martijn se quejó y me arrebato la almohada de mis manos y tomo venganza contra mí.

— Tiempo!— pedí luego de recibir un golpe en mi espalda. Él se echó a mi lado.

— Aún tienes papelitos de colores en tu cabello— dice suavemente mientras con cuidado retira algunos de mi cabeza.

— Pues gracias— nos reímos— creo que iré a ducharme, me esperas en el restaurante?

— Para nada, seguramente Menno debe estar buscándome para que lo acompañe a comprarle rosas a Lizbeth, lo cual es un plan terrible— hizo una mueca— me quedó en tu habitación.

Negué— Entonces, esperas afuera.

— Claro que no, que tal si alguien me reconoce y me empieza a acosar?— lo miro incrédula y él sonríe inocente.

— Dijimos que nos íbamos a conocer, pero despacio— me senté y lo miré ahí recostado, haciendo un leve puchero.

— Kay, no seas mala conmigo— intentó hacer ojos de cachorro pero sale mal y comienzo a reír.

— Está bien, te advierto que Julian está en la habitación de al lado y tiene una copia de mi llave— comento mientras busco que colocarme.

— Me gusta más ese vestido azul— dice Martijn que ahora está recargado en el espaldar de la cama— combinan con mi camisa.

Compruebo rápidamente y sí, tiene una camisa azul y una bermuda negra.

— No toques nada— advierto antes de entrar al baño y tomar una corta de ducha, me visto en el baño y salgo para terminar de arreglarme.

— Wow— dice Martijn al verme salir— luces tan distinta.

En ese instante, golpean la puerta de la habitación una vez más y Martijn es el que atiende. El rostro sonriente Lizbeth se transforma en uno de confusión. 

— Que hacen ustedes dos? No, que haces tu en la habitación de ella?— le dice a Martijn y nos regala una mirada pícara y yo niego rápidamente.