12.

145 16 2
                                    

Tomé la mano que ofrecía Martijn para salir de la van que nos transportó desde el aeropuerto hasta donde nos hospedaríamos por un mes y medio. Estábamos en un conjunto cerrado de villas medianamente cerca de la zona de clubs, era mi primer vez en este lugar y el clima me tenía fascinada. Habíamos pasado una semana completa viajando en diferentes lugares, sin oportunidad de parar a disfrutar de estos, así que me encontraba ansiosa por poder descansar en un solo sitio. 

— Solo quiero anunciar que me quitaré la camisa, para que no anden deseosos— dijo Louis mientras hacía lo advertido y le lanzaba la prenda a Menno.

— Martijn! Dile que se ponga la camisa— rogó Menno.

— Oblígame perro. 

Los tres salieron corriendo al rededor de la van, tropezando con el equipaje que estábamos descargando. 

— Bienvenida a la gira Kay— añadió Watse con falsa emoción y viendo mal a los chicos, reímos al ver como Louis era derribado por sus amigos. 

Agradecimos al guarda que nos abrió la puerta principal de la casa y puedo asegurar que mi mandíbula tocó el sueño. La casa de dos plantas tenia grandes ventanales y paredes blancas, estaba completamente amoblada y podía notar una piscina a un costado de esta, Julian me había contado de infinidad de sucesos que habían tomado lugar en esta casa y esta era mi primer vez en ella, así que estaba emocionada.

Watse abrió la puerta principal y el quipo se repartió por el lugar en busca de sus habitaciones, Menno y Damian intentaban que Louis se dejara los pantalones mientras que yo ayudaba a descargar el equipaje del terapeuta de Martijn.

— Por último, la habitación principal es toda suya chicos— Watse extendió la llave plateada hacia Martijn y a mi.

— Dormiremos juntos?— pregunté, Martijn me miraba subiendo y bajando sus cejas, con una sonrisa demasiado exagerada.

— Kayla, puedes dejarlo dormir en el patio si así lo prefieres— me contestó Watse yendo en busca de su habitación. Martijn lo maldijo mientras yo tomaba nuestro equipaje y lo empujaba por el largo pasillo que conectaba a todas las habitaciones,  Martijn llegó saltando en una sola pierna con la llave en mano. 

— Bienvenida preciosa— habló con un acento extraño que me hizo reír, al abrir la puerta puedo apostar que mi mandíbula llegó al suelo. Aquella habitación era más grande que la casa donde crecí e incluso tenia salida propia al patio y la piscina— Por favor no empieces a babear como en Las Vegas.

— ¡Cállate! Acordamos no decirlo en voz alta— lo miré mal por un par de segundos para luego adentrarme más en la habitación. Tenía incluso un mini estudio para Martijn, un walk-in closet y baño propio.

No quería que esto acabara. 

Pasamos la siguiente hora desempacando nuestra ropa y ajustando los muebles para que fuese más sencillo para él moverse por el lugar. Todos en la casa se estaban poniendo cómodos mientras que Louis flotaba pacíficamente en la piscina. Intercambié mensajes con mi prima para decirle que habíamos llegado a Ibiza y subí una selfie con Martijn a mi historia.

— Kay, ha llegado la hora— giré para encontrar a Martijn demasiado cerca, tragué en seco e intenté separarme, pero mantuvo la cercanía aprisionándome con uno de sus brazos.

— Que estás haciendo?— las palabras salieron en un susurró y sentí en mi rostro el suspiro que soltó. 

— Hay que probar la cama— me sonrío de lado y envolvió con su otro brazo, estaba muy confundida y empeoró cuando lo vi acercarse aún más. Intenté separarme aplicando algo de fuerza en su agarre pero fue inútil, en cambio, sentí como apretó más fuerte mi cuerpo y cuando pensé que iba a cerrar a distancia entre nosotros estaba cayendo hacia el colchón de la cama con fuerza. 

F A K E|| Martin Garrix||Where stories live. Discover now