El menos pensado |

XXI

—¿Qué haces, bombón?—Me susurra en el oído Diego y pone sus manos en mis hombros.

—Uh, llegó amoroso.—Se ríe el gato Gaudio.

—¿A donde vamos ahora?—Pregunta él haciendo que yo me de vuelta en la silla a mirarlo, asombrada, y los chicos también.

—¿Vos no tenes que hacer gimnasio?

—Ya hizo.—Aparece Chela con un sanguche en la mano.

—Dale, vamos a dar una vuelta.—Insiste el Peque y yo me paro al lado de él.

—Bueno dale, vamos.—Pico también se levanta.

—Igual vos no estabas invitado.

—Callate vos, jugas de visitante acá—Me señala y me hace fuck you—. Aparte si querés que acepte a tu novio, dejame vigilarlo.

—¿Novio?—Pregunta Zabala riéndose.

—Creo —La cara de Diego ya había cambiado—. Vamos rápido, por las dudas de que Chiara se tenga que ir.—Dice para empezar a caminar hasta la salida del buffet.

—¿Vos no te cansas de cagarla, Juan?—Le pregunto mientras todos iban lentamente hasta la salida, con miedo de que también me descargue con ellos seguro.

—Se lo tomó re enserio, es un boludo—Me dice estirando su brazo para pasarlo por mis hombros pero yo me alejo y sigo caminando—. Igual de malhumorada que tu mamá.

Paseamos por la hermosa ciudad de París caminando y después agarramos las típicas bicis ya que el vago de Gaudio estaba cansado.

Los chicos paraban en algunos locales para comprarse cosas mientras yo me quedaba afuera, sabía que cuando terminaba el torneo iba a venir con Stephie a explotar la tarjeta. No me iba a apurar.

Mientras todos habían entrado a Nike, Diego se quedó afuera y yo me acerque.

—Me parece que no está bien enojarte conmigo por algo que no dije.

—A mi no me parece que prometas cosas y no las cumplas—Me contesta mirando para otro lado y yo lo miro confundida—. Me hicieron acordar a lo de Italia.

—Diego estoy acá con vos, siguiendote en todos los torneos, ¿Qué más te tengo que demostrar?—Pregunto, buscando su mirada y él se encoge de hombros en señal de "No sé"— No quiero seguir peleando por estas cosas.

—Como si yo sí.

—Estoy dejando oportunidades de trabajo, tiempo con mi familia y más cosas para demostrarte que quiero estar con vos —Susurro debido a que la gente nos estaba mirando. Chela me iba a matar si a la tarde salía en las noticias "Diego Schwartzman y un pleito en las veredas de París"—. Y te la pasas peleándome.

—Entonces si soy un obstáculo para vos en todas esas cosas, andate. Estás en el lugar...

—¿Querés ser mi novio?—Pregunto rápido antes de que siga haciéndose la cabeza y perjudicandome con sus palabras.

—¿Qué?—Me mira a los ojos y se ríe.

—¿No querés ser mi novio?

—Tampoco quería que te apures mu...—Dice divertido pero lo vuelvo a interrumpir.

—¿Diego Schwartzman, querés estar conmigo?—Pregunto en voz alta, causando la sorpresa de algunos turistas, que seguramente entienden nuestro idioma.

—Estás loca —Se ríe y me da un beso, causando el aplauso de la gente. Cuando cortamos el beso, él pega su frente a la mía—. Si, Calia Monaco, quiero ser tu novio.

—Andá acostumbrandote que lo que quiere, lo consigue —Escuchamos la voz de Pico atrás nuestro y nos giramos—. Bienvenido a la familia, Ladi.

—La puta madre —Chela se agarra la cabeza—. ¿No podías tener otro apellido, Cali?
   
   
  
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