VII

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Después de la entrevista, tarde un buen rato antes de dormirme ya que mi cabeza estaba con miles de pensamientos dando vueltas.

Al otro día, me desperté y vi que ya eran las tres de la tarde. Pico debe estar odiándome por saltearme dos comidas. Me pareció raro de que ninguno me haya levantado.

Igualmente hice toda mi rutina y cuando salí de la habitación con el iPad, Diego estaba bajando del ascensor.

—Hasta que te despertas.

—¿Necesitabas el iPad?—Le preguntó a la vez que nos saludamos.

—No, estuve entrenando toda la mañana hasta hace media hora —Se ríe, yo le doy el iPad y él lo desbloquea—. ¿Pudiste ver muchos capítulos de tu serie?

—No, me quede dormida.—Mentí metiendome las manos en los bolsillos de mi pantalón.

—Bueno, por lo menos sé los gestos que haces cuando mentís.

—¿Qué?—Pregunto desconcertada.

—No me aparece ninguna nueva serie en mi lista.—Dice Diego para dar vuelta el iPad y mostrarme.

No hay persona más estúpida que yo. Soy de esas que las mandan a robar y toca timbre.

—Buen día, Calita —Mi tio aparece para abrazarme por los hombros. Salvación—. ¿Qué haces con este admirador tuyo?

—Superalo.—Le contesta Peque poniéndose serio, me mira una vez más y después se despide para irse a su habitación.

—Bueno, tortolita, ¿Vamos a entrenar?—Me pregunta Pico, yo me río por el apodo y vamos para el gimnasio del hotel.

No soy deportista pero la pretemporada la siento a flor de piel cada vez que me junto con Pico en esta etapa del año. Estuvimos toda la tarde en el gimnasio para después ir al buffet, al pedo todo.

Él me contó que hoy Diego jugaba contra Norrie, terminó perdiendo el partido. Lo vimos por la televisión de la piscina del hotel, me sentía Ricky rincón.

Que Peque haya perdido significaba: armar valijas denuevo, pasajes, avión y a otro torneo.

Después de dejar a Pico en la piscina fui a guardar todo en mis valijas para después bajar a cenar.

—Nos vemos con Guido en Indian Wells.—Escuché decir a Diego en la mesa, a la vez que me separaba de mi plato ya vacío.

—Si, viene con Stephie.—Contesta Leo y yo levantó mi mirada.

—¿Enserio? Me muero.—Digo poniéndome más que feliz, Vero se había ido y estar todo el tiempo con mi tío no era sano ni para él ni para mí. Nos íbamos a empezar a matar.

—Uh, para qué hablamos.—Jodió Chela y yo le hice fuck you.

—Ustedes porque no se aburren, yo necesito una colega —Me levanto de la mesa y miro a Pico—. Hoy te toca levantar mi plato, buenas noches muchachos.

—Para estas cosas si tenes memoria, ¿No?—Me dice mi tio y yo le sonrió.

—Yo también me voy yendo muchachos, duerman bien.—Dice Diego, que venía de dejar su plato en la cocina del hotel.

—Ojo, ustedes dos.—Grita Zabala.

—No quiero meterte presión pero es la sobrina de Pico.

—Un día me van a agarrar cruzado y me van a dejar de joder.—Diego aprieta el botón del ascensor y este se abre, dejándonos entrar.

—Me da risa igual lo que dicen.

—Si, porque no es contra vos—Se ríe él mientras bajábamos—. ¿Te puedo preguntar algo?—Yo le digo que si con la cabeza mientras saco la tarjeta de mi puerta de la funda del celular—¿Qué hacías viendo una entrevista mía anoche?

El menos pensado |Where stories live. Discover now