XIX

631 41 1
                                    

—Epa, ¿Qué haces acá?—Pico se sorprende al verme, yo le hago señas de que se calle y lo tironeo para que se siente— Yo no me quiero sentar con vos, me tocaba sentarme solo.

—Jodete, por tu culpa me peleé.

—Vos dijiste lo que dijiste, Calita —Él se ríe levantando las manos, inocentemente, y yo lo miro mal—. ¿Hablaste con mamá ayer?

—Dejá de decirle mamá, es mi mamá.

—Ah, ahora me peleas a mi—Dice mirando para el pasillo—. Ahora entiendo a Diego.—Levanta la voz cuando termina la oración, haciendo que el nombrado mire para donde estabamos.

—Yo no te entiendo, primero me haces gancho con Diego. Después haces un escándalo cuando estoy con él y ahora querés que me peleé—Me quejo mientras veo que no me da bola, seguro esta esperando a la azafata el obeso—. Bueno, me vuelvo a España.

—¿Qué? No.—Pico se da vuelta para mirarme.

—Ah, mira como me das bola—Le pego en el brazo—. ¿Está mirando para acá?

—Desde que subió al avión está mirando para acá, Calia.

—Bueno, avisame cuando venga la azafata.—Digo para ponerme las gafas para dormir.

—¿Sabes la patada en el culo que te pego si soy el Peque?—Susurra él, sacándome las gafas— Ni me quiero imaginar por la boludes que te haces la enojada.

—Estoy enojada enserio.

—No, te haces la enojada—Me señala y cuando ve que voy a contestar, me baja las gafas—. Dormí mejor.

Terminé durmiendome una siestita ya que en menos de dos horas ya estabamos en suelo Francés

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Terminé durmiendome una siestita ya que en menos de dos horas ya estabamos en suelo Francés. Pico estaba más emocionado que mis hermanitas en Disney y Stephie con ganas de explotar la tarjeta.

Necesito vacaciones de todos estos locos.

A Chela se le dá por pedir las valijas apenas bajamos por lo que tuvimos que atravesar toda la pista con las valijas. Mi mal humor aumentaba cada vez más y más.

Arrastrando mi valijota y mirando mal a Pico, me voy acercando a la mitad de la pista cuando siento que me sacan la valija.

Diego me sonríe dulcemente, me da la mano y sigue caminando, obligándome inconscientemente a hacerlo.

—Amor, si te pensas que voy a seguir tu jueguito, estás mal informada.

—¿Tus valijas?—Pregunto haciéndome la desinteresada cuando por dentro me estaba muriendo de amor.

—Marti no quería caminar toda la pista asi que pidió el carrito y las lleva con las de él.

—Es tan vago.—Me río, veo como Chela y Pico nos miraban y jodian.

—¿Te dijo algo más Pico?

—Que si él fuera vos, me pegaría una patada en el culo —Digo en tono bajo y Diego suelta una carcajada—. ¿Qué?

—Tiene un poquito de razón.—Dice, apretandome la mano y haciendo que me sorprenda.

—Y yo pensaba perdonarte, Diego Sebastián.

—¿Ya pensaste que hacer? Te aviso que terminó Roma—Me hace acordar, a propósito, a lo que le había dicho a Pico en la habitación y yo me muerdo los labios para mirar a otro lado—. Y yo pensaba perdonarte, Calia Monaco.

El menos pensado |Where stories live. Discover now