<•> Capítulo setenta y siete <•>

Start from the beginning
                                    

Eufen Schell. Un profesor
de arte que ama
su trabajo.

¿Mes del orgullo gay? Cuando dejemos de celebrarlo, y dejemos de decir: Comunidad LGBT; querrá decir que al fin nos aceptamos tal y como somos”.

—Allison Porras. La desquiciada
chica que creó la historia.
 

“El amor no toma en cuenta nuestro género. Él simplemente elige qué nos hace felices, y quién nos hace felices”.

—Ivo Lane. Un gamer que
ama el chocolate
y los animales.
 

¡Echa las etiquetas a la basura! Para tener mundo donde nuestra sexualidad nunca se vea definida por nuestra apariencia”.

—Derek Kellerman. El empresario que desea ser el mejor
papá del mundo.

Ese, fue uno de los mejores trabajos donde fui participe. Parecía extraño, pero desde que lo hice, me sentía mejor conmigo mismo, con una paz y felicidad que no podía ser quebrantada.

Cuando conversé con los chicos que participaron, me dejaron en claro, que aunque Alemania fuera un país tolerante e inclusivo, con el matrimonio gay aprobado, personas homofóbicas iban existir en todo el mundo, eso incluía a nuestros compañeros, a nuestra familia...

No estábamos exentos de ello.

Habíamos recibido la oportunidad de decir algo. Nuestras frases, saldrían a un lado de nuestros retratos, en letras cursivas y blancas, y con los colores del arcoiris, resaltaba el hashtag:

#Somosigualesati

Todo esto, no tardó en aparecer por las calles Berlín, por todo el país y quién sabe en cuántos lugares de los países vecinos.

Vallas, publicidad electrónica en pantallas, paradas de autobuses y metro, y anuncios de internet...

Al jefe de Fiorella simple y sencillamente le encantó cómo había resultado todo el arduo trabajo.

Y claro que no habían dejado de hablar de ellos. Algunos tweets se basaban sólo en felicitar a la empresa, y las noticias dedicadas al chisme, no se hicieron esperar.

Me dedicaba a leer las publicaciones junto a Ivo, mientras comíamos pretzels acompañados de cerveza.

—“El apuesto publicista Derek Kellerman brilla luciendo su orgullo con su linda pareja” —leí—. “¿Es cierto que aún no logra divorciarse?” —me sentí completamente indignado—. ¿Y a ti que mierda te importa, reportero de pacotilla?

—Mira estos —Ivo me mostró su celular y comencé a leer los múltiples tweets.

Una hermosa pareja.
¡Es que son de lo más lindos!
Bien por ellos. Lo importante
es que sean felices”.

¡Vaya Sugar Daddy se
consiguió ese chico!
Qué suertudo.
Señor Kellerman,
si se cansa de ese,
búsqueme.
¡Guapo!

—Nunca me voy a cansar de ti, precioso —le dije al ver lo desanimado de su rostro.

Lástima, tan guapo y
que le gusten los hombres.
Qué dirá su señora esposa,
y por cierto, ¿dónde estará?

Perfecta ImperFecciÓnWhere stories live. Discover now