Perder

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•Adrián•

Andrew... Te maldigo cada vez que respires... Y ojalá que te ahoges con tu propia salíva.

—Lo siento mucho, señores Maladay —repetía una y otra vez la doctora de voz chillona.

—¿Es que ya no pueden hacer nada por mi hijo? —preguntó mi madre al borde del colapso.

—Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance... Cuando llegó al primer hospital, los reportes de los médicos dicen que tenía las cuerda vocales, realmente destrozadas.

—¿Y por qué no lo operaron allá?.

—Déjeme adivinar... No tenían el instrumental suficiente —rugió mi padre con amargura.

—Desgraciadamente así fué, señores Maladay, con permiso —cuando la puerta se cerró detrás de los pasos de la doctora, mi madre se tiró a llorar desconsolada.

—¿Qué vamos hacer, Mike? —se trabó con sus propios lloriqueos—. Mi bebito ya no va a poder pronunciar ninguna palabra jamás, ni siquiera un quejido...

—Él así lo quiso, mujer —escuché como destapaba su licorera.

—Mike. No es el momento para que te pongas a beber —escuché un gruñido y después el chirrido de las patas del sillón resonó con brusquedad.

—Haz bien tu trabajo, Aura... Ahora sí, cuida bien de tu maldito hijo —y como todo actor dramático que es, azotó la puerta detrás de sí, para que todos mundo se diera cuenta.

—Ay, mi niño —sentí sus temblorosas manos acariciar mis pies por encima de la manta—. Sé que extrañas a Alice y a tus hijas... Pero esa no fue la mejor manera de acercarte a ellas.

Alice... ¿Cómo estará ella al saber que "traté" de suicidarme?.—

—Ella está internada de nuevo —atinó a decir mi madre—. Y con riesgo a perder a las bebés y la vida, sino se cuida como debería... Yo aún no entiendo que problemas puede tener una niña de papi con la vida resuelta... Solo tiene que quedarse en paz todo el bendito embarazo.

—Si supieras en realidad todo lo que se preocupa por mi culpa, ni siquiera llegarías a pensar lo que estás diciendo.—

Ahora a parte de callar por siempre mi opinión, voy a callar cualquier cosa que necesite o quiera decir. Maldito seas, Andrew White.

[Ese era el cometido, Adrián. Piénsalo por un momento]

—No quiero que te sientas mal, mi niño... Pero Andrew me dijo que ya está saliendo con otra persona —mi corazón comenzó martillear mi pecho, y a pesar de no sentir absolutamente nada, tenía la sensación de que mi cabeza iba a explotar.

—¡Jodido Emmanuel!.—

—¿Por qué Alice es tan tonta para no darse cuenta que el tipo con el que está...—

—Es un enfermero especialista en pediatría, según me lo ha contado Andrew  —soltó una leve risita—. Así que le dijimos a nuestro abogado, que la demandará por abandono.

—Eso es demasiado hasta para mí...—

Aunque a final de cuentas es cierto, pero, tanto Alice como Andrew me habían dicho que ya estaban con los trámites de divorcio.

—Así que saldremos ganando, mi cielo... Le quitaremos un buen dinero y al final del día tendremos a tus verdaderas hijas viviendo con nosotros.

Quise despertar para poder poner freno a todo lo que estaban pensado hacer. Alice no se merecía ninguna de las cosas que ha estado pasando... Y menos eso que mis padres piensan hacer. El único que ha metido la pata en ese matrimonio, soy yo.

Y aunque me dolió que me mantuviera lejos unos meses, ella no se merece que le quiten algo que tanto ama, como yo tampoco lo merezco.

*

—No podemos hacer las cosas como ustedes quieren, Aura —escuché la voz de un señor mayor, que deduje era alguno de los empleados de mi padre.

—¡Es que se tienen que hacer así!. ¡Tenemos que quitarles lo que le quitaron a mi niño! —en la voz de mi madre temblaba de dolor.

—La demanda por abandono no procedería porque... Los trámites de divorcio se comenzaron a tramitar desde hace más de cinco meses —mi madre soltó un gemido de sorpresa.

—¿Y cómo es que nadie de nosotros lo sabía?. ¿Tú lo sabías? —supongo que el abogado negó las preguntas—. Pero como no nos hemos enterado de esto antes no vale y podemos seguir con las demandas.

—De hecho. Tuve una reunión con los abogados de la familia White y con el juez, que es un viejo amigo... Y dadas las circunstancias en las que ocurrieron los hechos... La anulación del matrimonio está en proceso, pero no pueden solicitar una demanda dadas las circunstancias de Adrián —espero a que mi mamá lo entendiera, pero ella no daba incapié a nada—. Por culpa de los problemas de adicción  de Adrián y su estancia en el hospital psiquiátrico, a Alice se le ha otorgado una solicitud para que pueda estar alejada de Adrián, porque representa un riesgo para la integridad física y mental de ella y sus hijas —mi mamá rompió a carcajadas durante unos minutos, hasta que alguien llegó a callarla.

—Que buen chiste, Mariano —le dió un ligero golpe en la rodilla.

—¿Y la patria potestad de las bebés que SÍ son de Adrián? —ahora el que reía es el abogado—. No te he contado ningún maldito chiste.

—Los médicos del hospital la que lo metieron, piensan que es un peligro para sí mismo. ¿Tú crees que le van a dar la custodia completa de unas bebés que todavía no nacen?.

—En que momento acepté que Mike lo internará en ese hospital —dijo entre sollozos—. Todo ésto fue demasiado para él... Hasta trató de suicidarse —los lloriqueos se escuchaban muy alto—. Adrián. ¿Por qué tuvieste que fijarte en... —dejó las palabras suspendidas en el aire y segundos después sus tacones comenzaron a resonar en toda la habitación.

—Tranquilizate, Aura.

—Es que ya tengo nuestra solución...

—¿Y esa es?...

—Una demanda por adulterio —sentí como acariciaba mis pies.

—Para eso necesitas pruebas. ¿Alguien cercano a ella te ha dicho algo sobre que tenga alguna relación con otra persona?.

—Oh no.—

—¡Carajo! —golpeó con brusquedad la orilla de la camilla.

—Eres un caso perdido, Aura —escuché el cierre de una bolsa.

—Voy a contratar a un investigador, esa niñita estúpida, me las pagará —algo se estrelló fuera de la habitación.

Santa mierda... Mi madre ha perdido la maldita cordura.

Embarazada De Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora