Alice A, Alice B y ¿Alice y Emmanuel?

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•Alice•

~Ocho semanas después~

—No puedo —chillé con fuerza y apartando las cosas necesarias para el cambio del pañal de Charlotte.

—Sí que puedes —alentó la tía Mery.

—No puedo —las lágrimas llenaron mis ojos por décimo cuarta vez en lo que va del día.

—Creí que el periodo hormonal lo pasarías al principio del embarazo, no ahorita —dijo Emmanuel.

—Tiene siete meses, es normal —la tía Magda lo pensó por un momento—. Bueno... El punto es que sigue embarazada, así que la nena puede hacer berrinches —los cuatro se rieron de mi.

—¿Tú también Charlotte? —la enorme pelirroja me veía con una sonrisa burlona desde la cama.

—Da, da, da, da —balbuceó con la mano en la boca.

—Vamos, Ali. Tú puedes... No es tan difícil como parece —suspiré derrotada y me puse manos a la obra.

—Primero acomoda lo que vas a necesitar. Pañal limpio, toallitas húmedas, crema para rosaduras o talco —volvi a medio acomodar lo que casi había tirado por la ventana hace un rato y lo coloque a como creí que iba a necesitarlo; toallitas, pañal y crema.

—Ahora desabrocha el pañal que tiene puesto, lo vas a retirar y después vas a limpiar —Mery miraba con detenimiento cada uno de mis movimientos.

—Mete las toallitas sucias dentro del pañal —aportó Emma.

—¿Y tú desde cuándo sabes eso? —me burlé. Nunca le habían gustado los niños desde que lo conocí, pero últimamente estaba muy cariñoso con Charlotte y las Alices.

Para una persona normal embarazada de gemelos o cuates, en la ecografía aparecen como bebé A y bebé B. Pero como todos los que me rodean están locos y creen que pueden meterse donde quieran, a las bebés les pusieron Alice A y Alice B.

—¡Uh! —senti una patada en la parte baja del vientre.

—¿Estás bien? —preguntó la tía Mery.

—¿Alice? —tome una gran bocanada de aire y después más movimiento por parte de las Alices me hizo acostarme al lado de Charlotte y en la cama.

—¿Contracciones? —Emma me miró asustado.

—Niñas dejen de moverse —sentí como una de ellas se ponía a patear mi riñón.

[¿Eso es posible?]

No lo sé pero se siente horrible.

—Ven acá, Charlottito... Vamos a cambiarte a la cocina, mientras tú mami calma a tus hermanas —la tía Magda y Mery se llevaron todo a la cocina y me dejaron a solas con Emma.

—¡Auch! —puse la mano en mi costado derecho para aminorar el dolor.

—Respira profundo y suelta el aire —y como si fuera magia, las bebés al escuchar la voz de Emma comenzaron a moverse mucho más.

—No hables. Las vuelves locas —solté una risa/quejido.

Su maldita sonrisa que me había hipnotizado desde el principio de los tiempos llenó por completo la habitación.

—Vamos a ver —caminó hasta el otro extremo de la cama y se colocó en medio de mis piernas abiertas y luego se agachó para poder hablar con las gemelas.

—Dejame tomar aire. Desde la semana pasa que hablas con ellas patean muy duro —tomé una gran bocanada de aire, que contuve hasta que Emma comenzó a acariciar mi vientre.

Embarazada De Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora