2

159 17 0
                                    

Iba con Daiki, bueno... él iba tras de mi, a comprar el almuerzo, ya me estaba hartando, desde que ponía un pie en la preparatoria él empezaba a seguirme, ni siquiera hacía eso con Satsuki, su mejor amiga; alguien se atravesó en mi camino, gruñí con fuerza, Daiki puso ambos brazos en mi cabeza, recostándose

-vaya, vaya, si es la emperatriz de la generación de milagros -dijo con una sonrisa molesta el capitán del equipo de básquet

-vaya, vaya, si es la arrogancia andante quien habla -contesté del mismo modo

-hmp, hola... también estoy aquí ¿se dan cuenta? -hablo Daiki con tono aburrido sin salir de encima de mi cabeza

-claro que nos damos cuenta, quítate, pesas -me quejé tratando de sacármelo, pero en vez de eso, echó todo su peso sobre mí, ok ¿quiere recostarse? Que se recueste en el suelo, amagué para moverme, sin embargo, me atajó, causando que Imayoshi riera

-se notan los corazones por todos lados -dijo para luego irse, con Daiki nos miramos y luego lo miramos a él

-iught... -nos separamos - ¡Está demente! -gritamos

- ¡Aomine-kun! -y aquí viene, la mamá del grupo - ¡Shia-chan!

-deja de gritar Satsuki, mis oídos son sensibles -me quejé

-pero aun así sigues aquí -comentó desinteresado Daiki

-pues sí, por si no te diste cuenta, algunos si hacemos lo que se debe hacer en una escuela -lo enfrenté, me miró confundido, ¿Tan estúpido puede ser este tipo? - ¡Estudiar, idiota! ¡En una escuela se estudia! -lo golpeé en la cabeza a ver si sus neuronas revivían, en vez de eso se lanzó encima tratando de atraparme, lo esquivé y salí corriendo mientras reía con él detrás y Satsuki regañándonos.

Llegó la última hora, por fin podía volver a casa, a comer algo y dormir, Daiki y Satsuki fueron a pelear a la azotea porque él no quería ir al entrenamiento, rodé los ojos y decidí hacerle una visita al perezoso nigga. Subí hasta donde estaba él y lo miré, estaba durmiendo, como si fuera... no, ni así parece un ángel

-eh, tú, despierta -lo pateé, se removió y luego volteó hacia mí -vete a casa si no vas a ir a entrenar -regañé

- ¿tú también? -se quejó

-Daiki, arriba -ordené, este me miró de arriba a abajo, menos mal tenía buso

- ¿Por qué tienes que ser un marimacho? -se quejó mientras se levantaba

-quizá por qué eres un pervertido -contesté encogiéndome de hombros

-pero vamos, te queda bien usar la falda del colegio, hace resaltar tus -hizo un ademán con las manos que me dio a entender que lo que quería era ver mis muslos ¡Que se joda!

-yo no soy Satsuki para que me acoses -advertí mientras bajábamos

-ok, ok... entiendo -puso un brazo en mi hombro y así nos dirigimos a la salida de la institución, justo cuando los del equipo terminaban de dar vueltas por el campus, el capitán nos miró como si supiera algo que nosotros no.

Pasamos por el parque y Daiki sugirió jugar un versus, incluso puso dinero para alquilar la pelota

-juega tú solo -me senté en el suelo recostándome por el banco

-oh, vamos Shiawase, tu nunca quieres jugar contra mí -dijo algo aburrido y me lanzó la pelota, que atrapé quedándomela

-y jamás voy a querer -desvié la mirada hacia otro lado, donde sea menos al tipo en frente de mi

- ¿Por qué? Eres la única que podría representar un reto para mí, pero no lo haces -se quejó -no entiendo cuál es tu puto problema ¿Entonces cómo sabremos quién es el más fuerte?

- ¿Para qué quieres saber quién es más fuerte entre nosotros? Si de todas formas, si por algún motivo o circunstancia pierdo, saldrás con tu... "el único que puede vencerme soy yo"? -hice comillas imitándo la estúpida frase donde siempre se egolatraba

-pero si tú me enfrentaras, podría no ser así, vamos, jugamos juntos desde niños, siempre estás en mi equipo, juntos vencimos a niños más grandes que nosotros, estoy seguro de que tenemos la misma fuerza ¿Por qué no podemos enfrentarnos?

- ¡Basta Daiki! -me levanté enojada -Tú y tu maldito ego son las razones por las que dejé el básquet, tú y esa estupidez de enfrentarnos ¿Sabes que significaría si alguno pierde? Al menos para mí significaría romper una amistad de muchos años, aunque creo que eso ya se ha roto desde hace tiempo -reclamé

-no tienes que verlo de ese modo, solo tienes que ver la realidad, no tenemos a nadie más con quién jugar porque nos aburre que siempre que nos esforcemos terminemos sin variaciones, no perdemos, no hay nadie a nuestro nivel -se acercó pasándose la mano por la nuca

-púdrete -le tiré la pelota y lo dejé ahí solo.

Lo odio, los odio, a él y a la estúpida generación de milagros, por su culpa mi equipo se dañó, su ego se les subió, se creyeron invencibles y dejaron de jugar en serio, se aburrieron, igual que ellos.

Me quedé en el Maji Burger cercano al lugar, pedí unas cuantas hamburguesas y me dirigí a las mesas, un pelirrojo gigante llamó mi atención, frente a él estaba alguien, espera... ese es ¿Kuroko? Me acerqué a ellos a saludar, sin embargo, escuché su conversación acerca de la generación de milagros, retrocedí, no quiero escuchar nada de ellos, pero... demasiado tarde, Tetsuya me notó

- ¿Hanarenji-san? -traté de no detenerme, sin embargo, me siguió

-am... si, eh... hola Tetsuya -fingí una sonrisa y luego procedí a retirarme, quería evitarlo, y que se notara, por favor, sin embargo, en vez de hacer caso a mi indirecta se despidió de su amigo y corrió detrás de mi

-Hanarenji-san ¿Cómo ha estado? -preguntó alcanzándome, pero lo ignoré y decidí empezar a comer una de mis hamburguesas -no me ignore -pidió adelantándose

-aght, lo siento Tetsu, pero sigo sin querer hablar con nadie que tenga que ver con la generación de estúpidos o siquiera con Teiko -frené enfrentándolo

-si eso fuera cierto usted no hubiera ido con Aomine-kun y Momoi-san -su mirada parecía suplicar por algo

-no sabía que ellos iban a ir ahí, creí que Daiki no iba a aceptar la oferta de ellos además, tengo que defender a Satsuki de él, si no me puedo librar de ellos, al menos tengo cuidar de que no se vuelva loca -contesté seria

-esos no son los únicos motivos, usted ha estado rara desde que fueron a reclutar a Aomine-kun -este... parecía saber algo que yo no, estaba estudiando mi rostro

- ¿Y eso te importa por? -estaba empezando a molestar, asi que si no me alejo rápido me hará un examen psicológico, cosa que sería extraño por un lado y muy malo por el otro

-porque usted... también la ha pasado mal con lo de mis ex-compañeros de equipo -no, por favor, no hagas esa mirada triste que hace que me quiera quedar contigo por siempre... te lo suplico Tetsu, sin embargo, a pesar de mis ruegos lo hizo, maldito fantasma, sí que eres cruel

-Tetsu, tengo que irme, lo siento, otro día hablamos -terminé la primera hamburguesa y enseguida saqué la siguiente, dando por terminada la conversación, huir era la única forma de no terminar a los pies de Tetsu

-Lo siento, Shiawase-san -alcancé a escuchar.

¿Por qué dejarías lo que amas? (Imayoshi Shoichi x Oc)Where stories live. Discover now