20

48 9 1
                                    

Hora de volver a la rutina normal, bueno, ni tan normal porque Aomine se encontraba haciendo un berrinche en la sala de profesores, solo iba de paso, juro que no lo estaba siguiendo.

– ¡¿Por qué?! ¿Quién dijo que no estoy lo suficientemente bien para jugar? –Estaba furioso, pobre Harasawa-sensei

–Oe –le piqué el hombro, su rostro estaba rojo de ira, cuando dio la vuelta a mirarme, parecía que iba a tener un ACV –vámonos –ordené –ya –empecé a andar por el pasillo hasta subir por las escaleras a la azotea, Daiki sabía que debía obedecerme, sabía que le iría mal si no lo hiciera, por eso, pese a su ira, me siguió

– ¡¿Lo sabías?! –Me gruñó, yo solo me senté en el banco y respiré varias veces para no hacerlo papilla

– ¿Cómo no lo voy a saber? Toda la escuela lo sabe –señalé hacia el patio y luego apoyé mis codos en las rodillas –. Toda la puta escuela sabe que el "Gran Aomine Daiki" se ha lesionado por realizar jugadas imprudentes –acusé

–Eso no es cierto –se apretó el hombro lesionado de forma inconciente, respiré hondo

–Daiki, deja de hacerte el duro, no eres Superman para hacerle creer a todo el mundo que eres irrompible

–Shiawase... los juegos que vienen serán contra los otros milagros, quizá nos toque contra Murasakibara o Akashi, por favor, intercede por mi –trató de convencerme

–Aomine, no, te quedas en la banca, no harás ninguna imprudencia y te sanarás adecuadamente, es una orden –me levanté, no me gustaba usar la autoridad

–No eres mi madre, mucho menos mi capitán –me retó, era más alto que yo, quiso recurrir a la intimidación, pero solo logró terminar sentado en el lugar donde yo había estado antes, su expresión de sorpresa era algo que pagaría por ver siempre, quise reír, pero no era el momento.

–Haces caso a quien debes y podrás regresar para la Winter-Cup, no hay otra opción –me agaché sobre él para mirarlo directo a los ojos, cualquiera que entrara pensaría otra cosa, pero me vadría 3 pepinos su opinión si con eso lograba que el chico frente a mi dejara de ser tan terco – ¿Entendiste? –asintió aún medio atontado y ahí lo dejé.

Bajé a clases, pidiendo permiso para entrar, argumentando haber estado en la enfermería, no era mentira del todo puesto que pasé a pedir una toalla higiénica como coartada. Harasawa-sensei estaba en la clase, sabía bien lo que había estado haciendo, pero teníamos que justificar igual mi ausencia en la primera hora.

– ¿Pudiste controlar a la bestia? –Preguntó cuando la clase terminó y ya todos, hasta Satsuki, se habían ido

–sigue enojado, pero ya no insistirá –le afirmé presentando la hoja de la enfermería, que él miró y solo asintió.

–¡Sakurai-kun! –Saludé al chico en el comedor

–Hanarenji-san –saludó con la cabeza, pero miren qué cosa tierna, debo dejar de molestarlo

– ¿Qué hay para el almuerzo? –miré el mostrador

–yo traigo mi bento ¿Recuerda? –preguntó apenado

–sí, es por eso que me pregunto... ¿Qué haces aquí?

–Pues como Aomine-san no se presentó a clase pese a haber estado esta mañana con el entrenador, quise comprar algo para aliviar su ira

– ¿Sabes por qué te adoro? Por tu ternura y que eres un buen amigo –iba a besar su mejilla cuando el dorso de una mano se atravezó y terminé besando eso

–Qué caballerosa, Hanarenji-chan –se burló Imayoshi, gruñí en respuesta

–hablamos luego, Sakurai-kun –me despedí y me fui de ahí con la esperanza que el pelinegro no me siguiera, pero eso era mucho pedir, porque ni bien di la vuelta, ya lo tenía pisándome los talones

– ¿Hasta cuando me vas a ignorar? –preguntó con las manos en los bolsillos, maldito ¿Por qué tenía que verse tan guapo mientras intentaba molestarme?

–No te ignoro –respondí tratando de evitar mirarlo, difícil porque buscaba mi mirada dando vueltas a mi alrededor – ¿No tienes alguien más a quién molestar? –pregunté –No sé, alguien como... ¿Una novia? Tal vez –usé de pantalla a un chico que venía contrario a nosotros

–no, no tengo, la que me gusta tiene novio –respondió alcanzándome

–Pues no se pierde de mucho –tenté, creyendo que tenía la victoria avancé más rápido, pero él me agarró de un brazo y me lanzó contra la pared, acorralándome –eh... ¿Imayoshi-senpai? –pregunté con voz entrecortada, estaba sorprendida

 ¿Imayoshi-senpai? –pregunté con voz entrecortada, estaba sorprendida

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

–Emperatriz... ¿Qué sabrá usted si la dueña de este caballero se pierde de algo, si es que nunca lo probó? –tomó mi mentón y acercó su rostro al mío, creí que me iba a besar, cerré los ojos sintiendo su aliento cálido, pero, volví a ver la luz, con una sonrisa maliciosa se separó de mi –rogarás por mi –dijo para luego soltarme e irse.

Al fin, pude volver a respirar correctamente, mi corazón latía acelerado y mi rostro estaba caliente como una pava, seguro que también estaba rojo. Corrí al baño a refrescarme, maldito Shoichi Imayoshi y lo que provocas.

Chegaste ao fim dos capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Aug 02, 2023 ⏰

Adiciona esta história à tua Biblioteca para receberes notificações de novos capítulos!

¿Por qué dejarías lo que amas? (Imayoshi Shoichi x Oc)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora