Cata tomo mi mentón obligándome a verla a los ojos, jamás la habia visto tan seria en todos los años en que la conozco.

―Cata...

―Necesito que te des cuenta que no eres la del problema Cleo ― Articulo sin dejar de mirarme ―Si el se ha alejado, el se lo pierde. Ya habrá otro chico que te haga sentir en las nubes.

―Cata creo que no quiero otro chico, al menos no ahora.

―Eso se llama amor mi querida Cleo.

―Apenas lo conozco ― Me defendí mientras miraba hacia otro lado.

―Después de todo lo que has vivido es normal que una bocanada de aire fresco acompañado de sus ojos verdes observándote se sienta como estar en el paraíso ― Comento mirando fijamente al cielo encima nuestro.

Una bocina sonó de fondo cortando el ambiente que ambos habíamos creado.

―Te veo luego, pero si necesitas algo no dudes en llamarme. Estaré ahí en segundos.

Beso mi mejilla y luego desapareció de mi campo visual, segundos después mi estado de ánimo volvió a ser el mismo.

Me sentía vacía, como si ya no supiera que sentir. Ya no se que esperar y cuando algo sucede simplemente lo tomo como algo normal, como si una parte de mi ya supiera el final de cada situación.

Me ahogue en un suspiro, dicho suspiro acompañado con tristeza, cansancio y odio. Odio a mi misma por autodestruirme, por verme tirada en el suelo y en vez de ponerme de pie y luchar, únicamente quedarme allí dándome infinitas razones por las cuales me merezco todo lo que me ha sucedido.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del timbre de la casa, me levante de del suelo, camine hacia dentro de la casa para luego dirigirme hacia la puerta principal. Tomé el picaporte y abrí la puerta para encontrarme con Christian junto a un ramo de flores.

No quería sonreír, pero lo hice.

―Christian ― Nombre sorpresiva.

― ¿Christian? ― Pregunto arqueando una ceja ― ¿Qué he hecho para pasar de Chris a Christian? ― Interrogo mientras daba un paso hacia delante.

― ¿Ignorarme toda una semana? ― Sonreír.

―Lamento aquello y he venido en son de paz.

Lo deje entrar a la casa, aunque me ponía demasiado nerviosa el hecho de que estuviéramos solos en la inmensa casa. Lydia me habia abandonado por ir con Zac al cine y siendo sincera no esperaba mas que ellos estuvieran juntos ya que siempre se han gustado, pero ninguno de los dos ha tenido el coraje suficiente para aceptarlo.

Christian me entrego las flores y con una sonrisa las recibí, tenían un aroma perfecto y no me avergoncé de olerlas por varios minutos mientras que el chico enfrente mío no dejaba de mirarme.

―Hice lo correcto al preguntarle a Lydia cuales eran tus flores favoritas ― Sonrió de lado.

―Eres sincero y aquello lo aprecio ― Conteste mientras me dirigía a la cocina y este seguía mis pasos.

Me encargue de buscar un buen florero de los veinte que Cata tenia para luego colocar las flores y agua en este. Durante todo el proceso Christian me observo desde la encimera de la cocina, apoyado en esta.

― ¿Quieres un café o algo para tomar? ― Pregunte nerviosa.

―Solo quiero algo ― Articulo dando la vuelta a la encimera para quedar enfrente mío ―Y son tus labios.

Acto seguido sus labios se fusionaron con los míos y pude sentirme en el mismísimo paraíso. Todo era perfecto cuando me encontraba con el y aquello no hacia mas que asustarme, este tenia el poder de alejar todo sentimiento depresivo de mi con tan solo mirarme a los ojos.

Sus manos se entrelazaron a mi cintura y el tacto de su piel contra la mía hizo que mis hormonas volaran por toda la habitación. Mi espalda termino chocando con la encimera de la cocina y nuestro beso se intensifico.

Un recuerdo llego a mi mente.

Tenía a Richard encima de mí, tenia mucha insistencia por besarme y tocarme. Suplique que no lo hiciera, pero fue en vano.

Me separe inmediatamente de Christian y este me observo sorprendido, quise llorar en ese momento y lo hice. Las lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas y el joven enfrente mío únicamente atino a abrazarme con fuerza.

―Perdón ― Masculle escondiendo mi rostro en su pecho.

―Perdón debería pedirte yo Cleo, lamento mucho tomarme ese atrevimiento. No tenia ni idea...

El abrazo duro unos cuantos minutos mientras mi llanto se intensifico y eventualmente Christian me alejo de él. Me obligo a mirarlo fijamente mientras que manos limpiaban las lagrimas que se deslizaban por mis mejillas.

― ¿Quién fue? Solo dímelo y lo mato ― Articulo entre dientes.

―El quien no es lo importante ― Susurre intentando desviar la atención ante el tema.

―Para mi si lo es Cleo, no me imagino que tan mierda debe ser esa persona para hacerte daño.

―Créeme que cuando se trata de él, se puede esperar de todo.

―Fue Richard ¿no es así? ― Interrogo demostrándome su enojo.

―Christian no es necesario el nombre, te juro.

Beso mi frente con delicadeza para luego volver a hacerme sentir segura, no pude evitar volver a abrazarlo porque era en sus brazos donde encontraba mi seguridad.

―Lamento todo lo que te ha ocurrido Cleo, te prometo sostener tu mano en tus momentos mas oscuros.

―Gracias Christian, por ser el primer chico en no huir y quedarse a mi lado.

―Jamás me atrevería a hacerlo.

Hacia mal en depender de el y lo sabia perfectamente, pero era difícil explicarle a mi corazón que soy una adolescente y que en esta edad los amores no son mas que pasajeros. Pero por primera vez no quería que fuera pasajero, quería que fuera eterno.

 Pero por primera vez no quería que fuera pasajero, quería que fuera eterno

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MI BAJA AUTOESTIMA Y EL #1Where stories live. Discover now