◆CAPITULO 1◆

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Cleo.

La vida era difícil y eso no había por qué negarlo, cada vez que abría mis ojos sabía que el día no iba a ser del todo bueno. Los gritos de mi madre y el llanto de Charlie se escuchaban desde mi habitación.

Me levanté de mala gana de mi cama para luego caminar tipo zombi hacia el cuarto de baño. Me desvestí rápidamente para luego encontrarme con mi horrible reflejo en el espejo.

Era como si cada vez que me viera reflejada en algún lugar mis ojos inmediatamente se apartaran, no me gustaba nada de mí, las ganas de arreglarme cada vez que salgo se van rápidamente a la hora de entender que nada logra quedar como quiero.

Al terminar de bañarme salí rápidamente del baño envuelta en toallas para luego tomar lo primero que encontré en el armario, y cuando digo era lo primero. Encontré una sudadera negra de AC/DC y un jeans azul oscuro, me hice una cola de caballo con mi largo cabello castaño oscuro para luego salir de mi habitación con mi mochila en mano.

Lo primero que escuche al bajar las escaleras fue a mi mama con Charlie en brazos mientras este no dejaba de llorar.

―¿Por qué tardas tanto en arreglarte? ― Preguntó ella de mala gana ―Se te hace tarde para la universidad.

―Buenos días para ti también ― Conteste para luego tomar una manzana de la canasta.

Ella me la arrebató de las manos tirándola al suelo, para luego mirarme con odio.

―Deja de comer, estás hecha una cerda.

Un nudo en mi garganta se formó, quise protestar, pero mis ánimos no eran los mejores en esos momentos así que simplemente caminé hacia la puerta principal de la casa para luego salir por esta y cerrarla de un fuerte portazo.

Mientras caminaba hacia la Universidad escuchaba como la música que provenía de mis audífonos me hacían sentir más mierda de lo que ya me sentía.

Era un cansancio físico y emocional el que mi cuerpo se encontraba sintiendo, era como si la vida se encaprichó en hacerme sufrir una y otra vez.

Supuestamente dicen que dios les da las peores batallas a sus mejores guerreros.

Yo ya no quiero más batallas difíciles, quiero descansar.

La universidad me quedaba a unos cuantos metros, pero a falta de dinero iba caminando, logre visualizarla desde lejos mientras la música de mis audífonos sonaba con fuerza camine hacia está intentando contener las lágrimas.

Cuando llegué a esta mi amiga Lydia se encontraba en la puerta intentando encontrarme con la mirada hasta que logró verme, me acerque a ella para luego abrazarnos con fuerza.

―Hola bella ― Saludó con emoción para luego tomar mi brazo con fuerza.

―Hola cariño ― Contesté mientras que ambas caminábamos hacia la puerta principal de la universidad.

―¿Cómo amaneciste? ― Preguntó mientras clavaba sus ojos en mí.

―Bien ― Mentí con la mirada agacha.

―¿Qué hizo esta vez? ― Pregunto cansada ―¿Te pego o se le ocurrió un insulto para romper la poca seguridad que tienes?

―No pasó nada, solo me dijo que estaba hecha un Cerdá.

―¿Y por mino risas eso? ― Preguntó indignada.

―Por qué no me gusta hablar del tema ― Concluí mientras entrabamos a nuestra aula.

MI BAJA AUTOESTIMA Y EL #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora