◆CAPITULO 14◆

954 57 4
                                    

Cleo.

Las cosas media a que van pasando me van sorprendido, no tenia muy en mente que pasaría con Christian después de aquel beso en mi cumpleaños. Habia pasado exactamente una semana y prácticamente este habia desaparecido, según su hermano se encontraba en una etapa importando del equipo y tenia que entrar a cada hora para el campeonato.

Mientras que yo misma optaba por preguntarme si habia hecho mal, digamos que mi inseguridad no pierde el tiempo para hacerme sentir miserable. Todo estaba demasiado tenso y por mas que intentara hablar con el en los pasillos de la universidad, este siempre se veía ocupado y me decía que cuando tuviera tiempo hablaría conmigo.

Por mi mente cruzo la idea de que el enojo de Emma era realmente importante ¿Y como no iba a serlo? Ellos se conocían desde muy pequeños, pues nada estaba seguro entre nosotros, ni siquiera sabia si habia un «nosotros» pero la idea de perder aquel sentimiento que solo este puede provocarme con tan solo sonreírme me hace entrar en pánico.

Mis terapias con Ben se han vuelto mas seguidas durante esta semana, habia logrado repartir todo su tiempo para cada uno de sus clientes y le agradecí muchas veces por sentarse a escuchar mis lamentos. Siempre tenia la palabra justa para hacerme entender mis emociones ya que la mayoría de las veces en las que nos encontrábamos en su oficina, me sentía ahogada por sentimientos que ni yo misma podía reconocer.

Tenia miedo, aquel miedo que al parecer no tiene pensado abandonarme. El miedo de que todos se alejen de mi por mi personalidad, dicha personalidad apagada que intentaba pasar desapercibida en el montón de gente.

―Cleo ― Nombro alguien sacándome de mis pensamientos.

Alcé mi mirada y me encontré con Cata la cual sostenía una bella sonrisa, uno de sus trajes elegantes para cumplir su papel como abogada.

― ¿Te sucede algo? ― Interrogo mientras se acercaba hacia mi ―Has estado algo apagada esta semana ¿Se puede saber el motivo?

Suspire, estaba cansada ni siquiera yo sabia el motivo. Intentaba creer que se trataba por los incontables exámenes que habia tenido solo en una semana o por el simple hecho que dependo emocionalmente del único chico que ha mostrado algún interés por mi en años.

―Estoy bien ― Mentí aun sonriendo ―No debes preocuparte.

―Ben debería decirte que eres pésima mintiendo ― Expreso mientras se sentaba a mi lado.

Mi alrededor no era tan malo como parecía, me encontraba en el jardín trasero de la casa y el olor a las diferentes flores que yacía en aquel lugar llegaban a mis fosas nasales de una manera mas que exquisita. Mi computador me acompañaba, solía escribir cuando mi mente se encontraba sofocada de sentimientos que no puedo explicar con palabras, puedo expresarlas mejor cuando las escribo y sé que nadie leerá aquellas líneas.

―No estoy mintiendo ― Sonreí nerviosa ya que mis energías para una charla motivacional estaban por el piso ―Solo que suelo pensar mucho las cosas.

―Por eso mismo puedo servirte como descargo, prácticamente soy tu madre así que solo debo hostigarte un poco para que decidas hablar de lo que te agobia amor mío.

Hice silencio durante unos segundos para luego recibir un pequeño empujón de parte de Cata con su brazo para así incentivarme a hablar.

―Christian ― Nombre con un suspiro de dolor.

― ¿Qué sucede? ¿Tan rápido debo acabar con su vida? ― Sonrió irónicamente.

―Creo que la que lo ha arruinado fui yo ― Confese agobiada ―Siempre soy yo la que arruinas las cosas.

MI BAJA AUTOESTIMA Y EL #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora