Illusion h.s || Español

diecisiete

»-Estás enfermo -le escupo.

- ¿Y qué? -me contraataca secamente.

Recuerdo como en mi sueño conseguí soltarme del agarre de Harry y correr. Furtivamente muevo mi cuerpo debajo del de Damian y alzo la rodilla, provocando que choque contra su espalda.

Arquea la espalda de dolor y rápidamente me quito de debajo de él y empiezo a correr. Sé que no debería correr sin Harry, pero era cuestión de vida o muerte. Después de todo, Harry estará orgulloso. Me dijo que corriera.

Y es exactamente lo que estoy haciendo.

17.

El corazón me palpita fuertemente contra el pecho. Parece como si fuera a explotar. Continúo corriendo a pesar de que me arden las piernas. Mis pies están desnudos y me desgarro de dolor cada vez que piso una rama puntiaguda o una roca.

Sé que no importa lo mucho que me aleje de Damian, siempre va a saber dónde estoy.

Sus palabras hacen eco en mi mente cada vez que doy otro paso alejándome y adentrándome en las profundidades del bosque.

«Lydia, cariño, cuando trabajas para el demonio... lo sabes todo».

Me duele el pecho. Siento como mis extremidades me fallan. Sé que si me detengo ahora, no seré capaz de hacerlo de nuevo. Damian es rápido, pero el ritmo que llevo ahora mismo es perfecto. Nunca me alcanzará. No conoce este bosque de la manera en que yo ahora.

Sigo corriendo, salto por encima de ramas caídas y de rocas a lo largo de la orilla del río. Corro tan rápido como me permiten mis piernas. Miro detrás de mí y veo que Damian se ha caído por detrás. Disminuyo la velocidad y me deslizo detrás de un árbol cuando no me observa.

Lucho por recuperar la respiración mientras me dejo caer sobre el suelo del bosque. Millones de pensamientos pasan por mi mente en estos momentos.

¡Dejaste a Harry allí, idiota!

¿Está muerto?

¿Qué sucederá si lo está?

¿Va a matarme Damian justo como hizo con mis padres?

Presiono una mano sobre mi pecho para intentar aminorar mi respiración. Si Damian escucha mi respiración seguro que me matará. Me tapo la boca con la mano y respiro lenta y constantemente. Rápidamente recupero oxígeno y ya no me arde el pecho. Un manto de sudor cubre mi frente cuando escucho el crujir de una rama cercana.

Mierda.

Presiono mi cuerpo contra la corteza del árbol y encojo mis rodillas llevándolas hacia mi pecho. Contengo la respiración, esperando a que Damian asome su cabeza por detrás de todos los árboles y me encuentre.

Escucho el crujir de muchas hojas a causa de pasos. Me quedo quieta y observo como Damian pasa a mi lado. Sus negras botas militares caminan más allá de mí.

-Sal, Lydia, sé que estás por aquí en alguna parte -su profunda voz es nítida. Tan nítida que me asusta.

Sigo estando recta, sin mover un solo músculo de mi cuerpo. Casi sin parpadear. Observo como se aleja. Una vez que está lo suficientemente lejos como para no oírme, corro rápidamente de vuelta hacia Harry.

Mis venas bombean adrenalina. Alcanzo el lugar en el que Harry se desplomó cuando Damian le golpeó en la parte trasera de su cabeza.

Miro hacia todos lados en completa oscuridad, pero no veo nada.