Capítulo 8

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   Katsuki e Izuku se turnaron durante dos días para pasar por donde estaba el coche, que seguía aparcado en la calle de la zona comercial. Lo hacían a intervalos de una hora. El coche permanecía exactamente igual que ellos lo habían dejado. Y llegó un momento en que pensaron que acabarían volviéndose locos.

   Los periódicos lanzaban a los cuatro vientos el relato sobre la evasión de Chisaki, que se le había escapado de las manos a los agentes federales: explicaban que los llevó al Bõsõzoku,  con la excusa de que tenía sus valores guardados en la cámara acorazada; que los invitó a entrar en la habitación y sentarse mientras manipulaba unos mandos en la pared; que se abrió un panel y Chisaki se coló por el hueco ante los propios ojos de los policías. El panel se cerró detrás de él y ellos continuaron sentados un buen rato, hasta caer en la cuenta de que se había evadido. Como la habitación estaba cerrada con llave, se pasaron los diez minutos siguientes intentando salir a través de una cornisa que circundaba el edificio. Chisaki se presentó en el pasillo, saludó tranquilamente a sus amigos y se fue andando hasta la parte trasera, donde estaba el garaje, se metió en su coche blindado, encendió un puro, comentó que parecía que iba a nevar, enfiló hacia la calle y se perdió de vista.

   La víspera de Año Nuevo, por la tarde, Shoto acudió a visitar a Katsuki, y él le habló con gran afabilidad de la fiesta, de su madre, incluso de su hermano, y dijo que era un chico muy agradable. Pero estaba nervioso y jugaba con el llavero. Al caérsele al suelo, se abrió. Lo cogió agarrándolo por una llave que sobresalía de entre las otras y se puso a juguetear con él, produciendo un tintineo.

   - Tienes muchas llaves ¿eh?

   El tintineo dejó de sonar, aunque no del todo, aunque no del todo. Katsuki, entre bostezos, le propuso tomar una copa. Shoto se rehusó pero Katsuki dijo que creía necesario tomar una. Se acercó hacia el minibar y regresó enseguida, diciendo que tenía que abrir una botella. Se dirigió al dormitorio, sacó del armario el sombrero y el abrigo, abrió la puerta que daba al pasillo y se asomó. Cuando se abrió la puerta del ascensor, estaba bostezando otra vez. Le comentó al ascensorista que aquellas fiestas le quitaban muchas horas de sueño. El otro le dio la razón. Entonces le preguntó por Denki, el empleado repuso que Denki debía estar enfermo porque llevaba un par de días sin ir por allí.

  

    - Pero Kacchan ¿cómo podía él saberlo?

   - Podía saberlo por Denki. Podía saberlo por  haberte seguido al sospechar que no ibas al cine. Podía saberlo por haberlo oído en el ayuntamiento. Podía saberlo de otras mil maneras ¿Pero quieres que te diga lo que pienso?

   - ¿Qué?

   - Qué encontraron a Chisaki, y que lo hicieron muy pronto quizá aquella misma noche. Supongo que lo encontraron, se lo llevaron del coche y pusieron cualquier cosa debajo de aquella ropa esperando que fuésemos a recoger algo que se nos hubiera olvidado.

   - ¿Y qué íbamos a olvidar allí?

   - ¿Lo sabes tú?

   - No, no olvidamos nada.

   - Eso creemos nosotros.

   - La observación  de unas llaves  no es mucho para empezar.

   - Con lo que vi en los ojos de tu hermano es más que suficiente.

   - ¿Y a dónde vamos a ir ahora?

   - A China, tal vez.

   Con Izuku al volante, avanzaban a través de la luz crepuscular, habían tomado por una calle que no pasaba por el centro de la ciudad. De pronto, Katsuki tuvo una corazonada y le pidió que se detuviera en una de las principales intersecciones urbanas. Compró un periódico y lo mantuvo en alto par aque Izuku pudiera ver, escrito en grandes caracteres negros, el siguiente titular: "Hallado el cuerpo de Kai Chisaki". Después de leer un momento, Katsuki soltó una exclamación.

Blood RedWhere stories live. Discover now